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Aprovechar la Vida para ESCUCHAR ...haga clic aquí...
Aún oigo a ese vendedor, quien queriendo convencer a su cliente de comprar una máquina fotográfica sofisticada, le decía: «La vida es demasiado corta como para no concederse, de vez en cuando, un pequeño extra; hay que saber ofrecerse un capricho. ¡Aproveche, pues, la vida!…».
La vida es corta; este comerciante tenía razón. Es cierto, cada día que pasa me acerca a su fin; siento la urgencia de no despilfarrar el tiempo que me es dado. ¡Hay que aprovechar la vida! Pero, ¿aprovechar la vida es acumular bienes de consumo que, a lo mejor, traerán algunas alegrías efímeras que pronto se esfumarán? ¿Aprovechar la vida es tratar por todos los medios de escapar de las tristezas de esta tierra: enfermedades, accidentes, catástrofes…? ¿Es entregarse a toda clase de placeres?
No, aprovechar la vida que Dios me da es primeramente aprovechar la oportunidad de ponerme en regla con Él, es encontrar a Jesucristo como mi Salvador y Señor. Aprovechar la vida es cumplir con mi vocación de ser humano, tal como Dios lo desea. Es, pues, conocerle como Padre celestial en Jesús.
Cuando comparezca ante Dios, ¡qué importa si fui rico o pobre durante mi vida! Entonces, ¿qué importancia tendrán mi posición social y todos los bienes de consumo que hayan llenado mi existencia terrenal? Dios apreciará toda vida humana con justicia. Será un Juez para los que no hayan aceptado su gracia, y un Padre justo para los que fueron hechos sus hijos por la fe.
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