ESCARAS O ÚLCERAS POR PRESIÓN
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QUÉ SON Y CÓMO PUEDEN CUIDARSE
“Cuando mis piernas ya no puedan andar y en mi piel aparezcan heridas, ten toda la paciencia y el cariño del mundo para cuidarme, como yo te cuidé cuando eras un bebé y no podías aun salir de la cuna”.
Las escaras consisten en una lesión de la piel y el tejido blando que la rodea, producida al permanecer la persona inmóvil (sentada o encamada) durante largo tiempo. Dicha inmovilidad provoca una disminución de la circulación en el lugar del cuerpo donde existe la presión, produciendo una falta de oxígeno (y circulación de la sangre) en los tejidos de dicha zona, lo que ocasiona el enrojecimiento de la piel y la evolución consecuente con aparición de la escara si no se trata de forma rápida.
Es importante conocer que la lesión, una vez se ha producido, es mayor de lo que cabría esperar, ya que lo que realmente vemos desde el exterior se conoce como “efecto pirámide”, cuya punta o vértice es la piel, y en la base se encuentra la afectación más amplia, que en ocasiones puede llegar hasta el propio hueso.
¿En qué zonas del organismo aparecen con mayor frecuencia?
Los lugares del cuerpo que presentan un mayor riesgo de formación de una escara son aquellos donde las prominencias óseas (huesos), están más cerca de la superficie y que son los puntos de apoyo corporal:
1.- Occipital o parte posterior de la cabeza.
2.- Escápulas, paletillas o parte posterior de los hombros.
3.- Codos.
4.- Zona lumbar, a la altura donde se encuentran los riñones.
5.- Sacro o zona donde termina la columna vertebral.
6.- Trocánteres o caderas.
7.- Rodillas.
8.- Maléolos o tobillos.
9.- Calcáneo o talones.
¿Por qué aparecen?
Las causas son numerosas; entre ellas destacan:
1.- La inmovilización, o el estar encamado o sentado durante numerosas horas sin poder realizar ningún movimiento.
2.- Las alteraciones de conciencia, por ejemplo los enfermos de Alzheimer y otras demencias, traumatismos craneoencefálicos, lesionados medulares (de columna), etc.
3.- La incontinencia o falta de control de esfínteres, tanto urinaria como fecal.
4.- La falta de higiene.
5.- La desnutrición y deshidratación.
6.- Los problemas de circulación y cardíacos.
7.- Otras enfermedades que cursan con bajadas de defensas.
Cómo cuidador ¿puedes prevenir su aparición?
Sin lugar a dudas hay que responder que sí Vigilando, sobre todo, la piel de las personas que no podemos movernos y debemos estar en cama o silla de ruedas la mayor parte del día. En este caso, los cuidadores debéis realizarnos frecuentes cambios posturales, cada dos o tres horas como máximo durante el día, tiempo que puede ampliarse durante la noche si disponemos de colchones anti escaras y nuestra valoración corporal lo permite.
¿Qué son y cómo debéis realizarnos los cambios posturales?
Consisten en las movilizaciones que tienes que efectuar a las personas encamadas para aliviar las zonas de presión y prevenir la aparición de las úlceras. Se describen extensamente en el capítulo siguiente.
En resumen: La presión continua y sostenida sobre una zona corporal determinada, fundamentalmente glúteos, trocánteres (caderas) y maléolos (tobillos), produce una disminución del riego sanguíneo, ocasionando isquemia local (falta de riego sanguíneo) y necrosis (muerte de las células) en la zona presionada.
Etapas en la aparición de la úlcera
1.- Eritema: aparece una señal de color rojo, indicando que la presión es continua sobre el lugar, lo que hace disminuir el riego de sangre en esa zona.
2.- Flictena: consiste en una vesícula ampollosa (similar a cuando nos quemamos). Dicha ampolla te está diciendo que las primeras capas de la piel (epidermis y dermis) se encuentran afectadas.
3.- Tejido necrosado: aparece una costra negruzca muy adherida que al eliminarse deja a la vista el tejido profundo.
4.- Tejido abierto: verás que existe una úlcera extensa que en ocasiones llega hasta el hueso, produciéndose un aumento de líquido exudativo (se manchan abundantemente las gasas) y tejido necrótico (muerto). El dolor, en este momento, no existe o es muy débil, ocasionado por la muerte de los nervios en ese lugar; puede haber un olor desagradable y, al estar el tejido abierto, puede infectarse con las heces, orina o incorrecta manipulación.
BY EUNICE |