Cuantas veces culpamos a la sociedad por su decadencia o a nuestros padres, que
nos traumaron supuestamente con su educación... o al mismísimo Dios por las
injusticias vividas. Pero
como la mayoría de los seres humanos estamos en las
mismas condiciones, nuestras quejas no son escuchadas y con ello nuestro corazón
se va endureciendo y nos vamos cerrando a la única solución posible que es la
autoayuda: el buscar no fuera, sino dentro de nosotros
mismos las causas delos problema y sussoluciones. "Al
darnos cuenta de lo que nos ocurre y aceptarlo responsablemente como un
aprendizaje de la vida y sin culpar a nadie, es uno de los grandes logros
espirituales que podemos obtener, pues al autoayudarnos estamos creciendo y
fortaleciéndonos y, lo que es más
importante, estamos acatando la voluntad de Dios con una
buena disposición".