¿Cómo explicar a los niños
la enfermedad de Alzheimer?
La mayor parte de los niños tiene una imagen positiva y cariñosa de sus abuelos.
Es sorprenderte darse cuenta que muchos niños no perciben a sus abuelos como
personas mayores y piensan que estos pueden hacer cualquier actividad, como
ellos o sus padres.
En realidad, los niños tienen una imagen negativa del proceso de envejecer y a
menudo evitan asociar la idea de vejez con las personas más queridas. Desde muy
pequeños tienen un temor instintivo a la idea de la muerte, que los padres
asocian con enfermedad y vejez, con la intención de presentarla como un evento
lejano e improbable.
Sin embargo, si exponemos al niño a todas las fases de la vida (la enfermedad de
un abuelo, la muerte de un conocido mayor), esta experiencia le proporcionará
los recursos intelectuales y emotivos para enfrentarse a su propia vida. Es
positivo que tengan contacto con personas mayores. Además, la relación de cariño
con un abuelo, un pariente o un vecino de edad avanzada, enseña al niño el
respecto hacia los mayores.
Hoy en día no es común que abuelos y nietos vivan en la misma casa. Sin embargo,
la progresión de la enfermedad de Alzheimer puede llevar a la decisión de acoger
el paciente en casa de un hijo/a. Así mismo, un niño puede haber presenciado
comportamientos desconcertantes en un conocido o un vecino. O haber oído una
conversación acerca de una persona con demencia.
En cualquier caso, como padre o educador, es importante que estés preparado para
contestar a sus preguntas o para empezar la conversación si notas una curiosidad
o preocupación que no expresa. Es importante que tu, como adulto, soluciones tus
dudas sobre la enfermedad y te sientas suficientemente preparado para contestar
a sus preguntas.
Naturalmente, la forma de hablar con los niños sobre cualquier tema es diferente
dependiendo de la edad del menor.
De los 4 a los 7 años
A esta edad es importante dejar claro al niño que el abuelo o la abuela está
enfermo y que por esto puede ser que se comporte de manera extraña. No se tiene
que permitir al niño asociar la demencia con una manifestación de locura, ya que
la inocencia de los niños puede hacer que hagan comentarios que pueden herir a
la persona enferma. Por este mismo motivo, nunca se debe menospreciar a la
persona que padece Alzheimer delante de un niño. El respecto hacia las personas
tiene que seguir siendo un valor que queremos inculcar en los más pequeños.
Por pequeña que sea tu hija, puedes hablar con ella de la memoria, ayudarle a
entender cuando la necesitamos, hacer juegos que le permitan ejercitarla. Puedes
ayudarle a entender que la memoria es la que nos permite tener recuerdos y que
estos los percibimos en la cabeza, así como los sueños. Cuando sea un poco
mayor, quizás a los 6 años, puedes explicarle, de forma muy escueta y gráfica
como funciona la memoria y que son las neuronas. Te ayudarás con un libro de
medicina para niños o un simple dibujo de un cuerpo en el que puedes representar
a las neuronas como pequeñas bolitas. Le explicarás que cuando una persona está
enferma, estas "bolitas" van desapareciendo y con ellas la capacidad de
recordar.
Al tratarse de una enfermedad que afecta, casi esencialmente, a las personas
mayores, te será más fácil hablarlo con un niño pequeño, ya que no la puede
percibir como una amenaza a su propia vida o a la de sus padres, es decir a lo
que entiende ser imprescindible para su bienestar.
De los 8 a los 12 años
Es probable que tu hijo a esta edad ya te pregunte con más claridad y sin rodeos
acerca de la enfermedad de su abuelo o de otra persona mayor que conoce. Si eso
ocurre, debes darle una explicación lo más clara y completa, adapta a su nivel
de comprensión. Hacerle entender como la enfermedad afecta a la vida de la
familia y, sobretodo, de la persona que cuida de él, es más importante cuanto
más cerca vive el paciente.
Puedes explicarle la función de las neuronas y mediante unos juegos que le
permitan darse cuenta de las dificultades que puede el enfermo. Por ejemplo,
puedes pedir al niño que defina a un animal o cosa sin poder decir el nombre de
éste. Mediante este juego puedes explicarle que para las personas con Alzheimer
es difícil utilizar correctamente las palabras y muchas veces olvidan palabras
cotidianas. Otro juego, puede ser recordar una serie de palabras o números. Se
puede empezar por pocas palabras y sencillas de recordar e ir aumentándolas en
número y complejidad. Esto hará entender al niño la función de la memoria y el
privilegio de tener una mente joven y despierta.
Las personas con esta enfermedad suelen olvidar el nombre y la función de los
objetos. Así que una actividad para hacer con los niños es taparle los ojos y
hacer que reconozca objetos de uso cotidiano como una sartén, un teléfono, unas
llaves.
Si el abuelo vive con vosotros o lo visitáis a menudo, el niño también puede
construir unas fichas para designar los objetos de la casa. Puede hacer
etiquetas para poner en la nevera con los nombres de todos los alimentos que hay
dentro, etiqueta para los muebles, listas de cosas que hacer (apagar el fuego,
cerrar la puerta con llave...).
Si abuelo-a y nieto-a tienen una relación muy estrecha, tienes que ser conciente
que el niño sufrirá para los cambios que ve en la persona que quiere: no
entenderá porque el abuelo le ignora, es agresivo o apático y se sentirá
decepcionado. El niño sufrirá la "perdida" de una persona querida, exactamente
como los demás familiares y, además, sin tener los recursos intelectuales para
enfrentarse a la situación. Es importante hablar con él y dedicar nuestro tiempo
a explicarle una y otra vez que el abuelo no ha dejado de quererle pero está
enfermo.
De 13 a 18 años
En el colegio le habrán hablado ampliamente del cerebro y, como consecuencia,
haya salido el tema de las enfermedades degenerativas, como es el Alzheimer. Si
has conseguido inculcar a tu hijo el respeto por las personas mayores, tendrá
más capacidad para hacer frente al drama de la enfermedad.
La presencia de un paciente que exige tanto tiempo y dedicación puede ser
difícil de compatibilizar con la educación de un adolescente. Es importante
involucrar el adolescente en los cuidados del abuelo: puede poner las zapatillas
y la bata al abuelo, peinarle, ayudarle a hacerse un bocadillo...o simplemente
hacerle compañía. Es bueno que le enseñe las fotos de sus amigos y familiares y
las imágenes de ciudades y pueblos importantes para él y le vaya recordando el
nombre de éstos. Es importante que la persona enferma no olvide los nombres de
sus seres queridos y de su pasado.
Tratar el adolescente como una persona cuya opinión cuenta y cuya colaboración
es valiosa, ayuda a aliviar la inevitable tensión de una familia con un enfermo
de Alzheimer. El adolescente puede aliviar el papel del cuidador y tiene que
participar en las decisiones de familia acerca de los cuidados (contratar una
ayuda externa, elegir una residencia).
Tanto la ayuda en casa, como actividades de voluntariado con personas mayores
ayudan el adolescente a formar su sentido de la responsabilidad, así como
fomentan el respecto hacia los mayores y más débiles.
En resumen:
-Ya desde pequeño es importante que los niños aprendan el respeto por las
personas mayores y por los enfermos.
-Puedes usar juegos de memoria para explicar la enfermedad del Alzheimer.
-Involucra el niño en los cuidados del enfermo: no solamente será una valiosa
ayuda para el cuidador principal, pero se sentirá más partícipe de las
decisiones tomadas en familia.
-Si la persona que padece Alzheimer vive en casa o tiene contacto directo con el
niño, a éste le será más fácil pero a la vez más duro comprender el Alzheimer.
Debes ofrecer apoyo y cariño a tu hijo en la comprensión de la enfermedad, tanto
cuanto tu mismo lo necesitas.
-Contesta siempre a las preguntas de tu hijo, adaptando la explicación a la edad
que tenga.
Muy interesante tema amiga.............Mis dos nietas desde antes que nacieran, mi papá ya tenía Alzheimer, así que ellas fueron creciendo cerca de el participando, claro eso sí conforme a su edad, lo peinaban, le daban agua, lo paseaban al jardin en su silla de ruedas, poniéndole sus calcetines y sus zapatos, apapachándolo con sus besitos y abrazos, en ocaciones se sentian sus enfermeras.....jajajajaja, en fin todo lo que ellas a su edad podían hacer y siempre que me visitaban estaban al pendiente de el preguntandome que necesitaba o que podían hacer por el, ellas comprendieron muy bien que su bisabuelo estaba muy enfermo y teniamos que ayudarle a todo, hoy ellas tienen 8 y 10 años de edad y son unas niñas con una gran sencibilidad y dispuestas a dar mucho amor.
a mis dos sobrinos les pasa lo mismo.... ellos cunado estan cuidan a mi mama, nos avisan si hace algo que no debe... a veces da pena porque se asustan o se preocupan, pero por mas que los cuidamos ellos siempre estan pendientes como pequeños adultos... y a veces mas que otros adultos... que el Señor bendiga a todos los angelitos, y sobre todo a los que viven con familiares que tienen este mal, porque a veces maduran mas rapido que otros... algo que puede ser bueno y otras veces, no tanto