Cuidados en la Fase I
Memoria:
Cuando oculta sus olvidos:
- No intente razonarle.
- Recurra a ejercicios de memoria.
¿Qué se pretende con esta
terapéutica?
- Buscar otras áreas cerebrales que no
estén deterioradas por la enfermedad.
- Favorecer el interés del enfermo por las
cosas.
- Contribuir a mantener los procesos de percepción, atención, aprendizaje,
observación, etc.
Tipos de ejercicios:
- Leer revista o
periódico, 5 líneas, dos veces
seguidas e instarle a que resuma por escrito o de palabra lo que
ha leído.
- Hacer puzzles simples de organizar.
- Escuchar canciones que él o ella conozca.
- Intentar dibujar de memoria los muebles de una habitación conocida.
- Recordarle sistemáticamente donde están
los objetos que se utilizan varias veces al día: libro, bolso, gafas, ropa, etc.; poniéndolos siempre en el mismo sitio
Nombre de personas:
Ayudarle a recordarlos valiéndose de
fotografías de su familia, de amistades, compañeros
de trabajo; ya que su memoria visual puede tenerla
conservada.
Cuidados en la Fase II
En esta fase y con respecto a
la Memoria existen una serie de ejercicios que también son
aplicables durante la Fase I .
Debemos recordarles, con frecuencia, el día en el que se encuentra (de
la semana y del mes). Para ello es aconsejable poner en la casa y a su
vista: calendarios, así como relojes. Aprovechando
cualquier conversación, es conveniente decirles si es por la mañana,
tarde o noche. De este modo le ayudamos a orientarse en el tiempo.
Cuando deambule por la casa, ya en esta fase con ayuda, váyale diciendo: vamos a la cocina. Vamos al salón, vamos al cuarto de baño, vamos al dormitorio. Así le ayudamos a orientarse respecto al espacio.
Cuando decidamos acostarle, debemos
recordarle que es de noche y que hay que dormir. Hacer que orine
antes de acostarse, así evitamos que lo haga en la cama.
Podemos inducirle al sueño, intentando sofronizarle,
repitiéndole: está muy cansado, le pesan mucho los
párpados, le pesan mucho los brazos, etc.
Se pueden combinar una serie de
ejercicios de memoria y de motilidad. La finalidad de
éstos es desarrollar la memoria al aprender y recordar una
información durante un período de
tiempo.
Ejemplos:
1) Ejercicio de memoria:
A) Recuerde el número
33.
B) Recuerde el refrán: A quien
madruga Dios le ayuda.
2) Ejercicio de motilidad:
A) Inspirar-espirar.
B) Levantarse-sentarse.
C) Palmada por encima de la
cabeza.
D) Levantar alternativamente los
pies.
E) Tocar las puntas de los dedos
delante de los ojos,
Cada uno de estos movimientos deben
repetirlo al menos cinco veces.
3) Le preguntamos: ¿Qué número le
he dicho al principio que recuerde?, ¿Qué
refrán le he dicho que debe recordar?.
En cuanto a sus gestos y movimientos
en esta fase (remítanse al cuadro sinóptico de las
fases), es necesario que le acompañemos en su
deambulación para evitar sus caídas y ayudarle por
si pierde el equilibrio; pudiéndose también ayudar
él mismo con un andador.
Como puede perderse en trayectos habituales es conveniente que le pongamos un identificador, bien en una pulsera, un
colgante o cadena y para que no pueda sentirse ofendido, lo haremos de
modo que parezca un regalo por algún motivo especial.
Cuidados en la Fase III
En relación con su
comportamiento: cuando llora, grita, se agita, debemos mostrarnos
siempre ante él con una gran tranquilidad y procurar darle
cariño y palabras afectuosas.
En este período de la
enfermedad tiene sus memorias
recientes y remotas abolidas. Su lenguaje se transforma en un
simple balbuceo, no controla sus gestos; comienza a tener
dificultad para tragar por lo que suele atragantarse hasta con su
propia saliva.
Tiene dificultad para
controlar sus esfínteres. En esta fase suele instaurarse
la alimentación mediante sonda.
Sus actividades cotidianas
desaparecen totalmente. Suele estar ya encamado.
Los cuidados de enfermería
van encaminados a subsanar todos aquellos problemas que conllevan
la inmovilidad del enfermo, la incontinencia urinaria, los
fecalomas, las úlceras por decúbito y los problemas
respiratorios.
Alimentación:
Con la alimentación se
consigue fundamentalmente disminuir la
degradación.
Es aconsejable una dieta rica en
proteínas y pobre en grasas animales.
Si todavía es capaz de comer por sí solo, dejarle elegir pero
sin abusar, ya que el enfermo de Alzheimer es capaz de volver a comer
dos veces sin sentirse saciado. En caso de que os ocurra esto, bien
porque coma él antes, o bien porque ha terminado de comer antes que los
demás, le engañáis sacándole un plato con pastas o galletitas variadas.
Para vosotros le habréis dado el postre, sin embargo el está comiendo.
Incontinencia urinaria:
El enfermo de Alzheimer al no
controlar sus esfínteres, se orina y por ello es preciso
dotarle de pañales y así evitar que se
moje.
Estos pañales deben ser
cambiados con frecuencia para evitar que se produzcan infecciones
urinarias.
Debemos también observar, al
quitarle el pañal, el olor y el color de la
orina. Si el color fuera
oscuro y el olor fuerte, nos debe hacer sospechar que el paciente
tiene una infección urinaria. En estos casos debemos
consultar con el Geriatra que le atienda. Aparte, le tomaremos la
temperatura ya
que la aparición de fiebre, es un signo importante a tener
en cuenta en el diagnóstico de una infección
urinaria.
Fecalomas:
Hay un signo importante a tener en
cuenta en la instauracción de un fecaloma, y es que el
paciente expulsa por el recto un contenido líquido que,
equívocamente, nos hace pensar en una diarrea. Antes de
decidir por nosotros mismos, debemos consultar con el
médico.
Ante esta situación debemos llevar a la práctica la extracción del mismo mediante la aplicación de un enema de limpieza. Se aconseja para esta situación se prepare con los siguientes ingredientes: agua,
bicarbonato y micralax (2 envases).
Todo esto se debe hacer con el
enfermo encamado y colocándole una cuña debajo para
la recogida de heces.
Úlceras por
decúbito:
Estas lesiones
podemos prevenirlas con los siguientes cuidados:
a) Tener una buena hidratación, procurando darle
una ingesta de líquidos aproximada de 2 litros.
b) Aplicación de baño diario, encamado, con jabón neutro. Darle crema hidratante y masajes circulares.
c) Tener una buena alimentación, que aporte
proteínas.
En el caso de que se hayan producido, deben curarse de
la siguiente manera:
a) Lavar la escara con jabón neutro
(lagarto).
b) Aclarar con suero salino
(fisiológico)
c) Si hay bordes necrosados, se deben cortar.
d) Existen en la actualidad unos apósitos
coloides, de diversos tamaños y formas que se colocan
sobre la herida y contribuyen a su
cicatrización.
e) Cuando la escara es pequeña y superficial se
puede poner en su interior una pequeña cantidad de
jabón neutro y en muchas ocasiones esto solo es suficiente
para su cicatrización.
Fisioterapia respiratoria:
Hemos hablado anteriormente de la
retención de secreciones pulmonares o de vías
altas, frecuentes en un enfermo encamado.
Estas secreciones se retienen debido
a la inmovilidad y a que el enfermo de Alzheimer se olvida de
toser. Por más que intentemos darle la orden de toser,
él no nos responderá positivamente, por lo que
tendremos que ayudarle aplicándole fisioterapia
respiratoria.
¿Cómo hacerla?:
a) Colocarle en posición de decúbito
lateral (derecho y después izquierdo)
b) Con las palmas de las manos hacia abajo y en
posición hueca, darle golpes acompasados en la espalda
durante un período de 10 minutos por cada lado.
c) Es conveniente ayudarnos al hacerlo con alcohol simple
o alcanforado.
d) Se repite la opción b) por delante.
Con esta técnica
conseguiremos movilizar las secreciones y favorecer que el
enfermo tosa y así arranque las secreciones.
En ocasiones deberemos ayudarnos de
un aspirador de secreciones eléctrico. El enfermo al no
beber líquidos y por consiguiente no hidratar la garganta,
las secreciones altas son más densas y puede tener
dificultad para tragarlas. Como comentamos en un apartado
anterior, tiene dificultad para tragar y corre el peligro de
atragantarse con su propia saliva.
CONCLUSIÓN
Como ya estudiamos la demencia senil es un
síndrome de carácter
crónico y progresivo, asociado a trastornos en
múltiples funciones corticales superiores, incluyendo
memoria, pensamiento, orientación, comprensión,
cálculo, capacidad de aprendizaje,
lenguaje y juicio, y con un nivel de conciencia claro.
Estos trastornos de la función cognitiva están
comúnmente acompañados (y ocasionalmente
precedidos) por deterioro del control emocional y social, o de
la
motivación.
El hecho de que las personas que padecen la Enfermedad
de Alzheimer se enfrenten diariamente a la pérdida
progresiva de la capacidad para llevar a cabo las actividades
habituales de la vida cotidiana, tiene un efecto importante sobre
la calidad de vida
de los pacientes y de sus familiares. Si bien muchos pacientes
con enfermedad de Alzheimer viven en geriátricos la
mayoría son cuidados por sus familias en el seno de la
comunidad. A
medida que los pacientes se hacen menos independientes, recae una
mayor responsabilidad sobre el cuidador, quien a su vez
está expuesto a un alto riesgo de enfermedades
físicas y psicológicas. Estos efectos adversos
sobre los cuidadores pueden acelerar la internación de los
pacientes en instituciones geriátricas.
A nivel mundial, existen
7–25 millones de personas que tienen enfermedad de Alzheimer.
Aproximadamente el 6% de la población mayor de 65 años de edad sufre de
enfermedad de Alzheimer lo que aumenta hasta aproximadamente el 30% de
las personas mayores de 85 años de edad.
A medida que aumenta la proporción de personas
ancianas en la población, aumenta la carga de la
enfermedad de Alzheimer sobre los individuos, las familias de los
pacientes y la sociedad
Por todos estos motivos es una necesidad real e
imperiosa capacitar al personal de
enfermería en esta área para poder hacer
frente a esta pesadilla a la que cada día se enfrentan
nuestros ancianos y lógicamente todos sus
familiares.