Mantener un aliento fresco es fácil, sobretodo si cuidamos bien la higiene bucal.
Una causa muy común de halitosis es, sencillamente, una higiene defectuosa. Y es que al cepillarnos los dientes olvidamos que éstos presentan varias superficies: anterior, posterior, superior e interdental.
Y, además, conviene cepillar el fondo de la lengua, sea con el mismo cepillo o con los cepillos de arrastre específicos para este fin.
Además existen factores adicionales que también pueden causar halitosis, como los fármacos que provocan la llamada “boca seca”.
Claro que no olvidemos que también hay alimentos que dejan huella… Junto al tabaco, enemigo 'número 1' del buen aliento, nos encontramos con el ajo, la cebolla cruda, algunas especias, el huevo (especialmente, duro); el pimentón o el brócoli, que liberan compuestos que provocan mal olor. Tras ingerirlos, conviene cepillarse los dientes y, si no es posible, al menos enjuagarse la boca repetidas veces
Un factor importantísimo en la aparición de halitosis es la enfermedad periodontal, es decir, de las encías, que provoca que se formen bolsas en ellas debido a la acumulación de placa bacteriana en el cuello de los dientes.
Esta enfermedad, cada vez más común dada su estrecha relación con el estrés, se controla acudiendo regularmente al dentista para hacerse una limpieza a fondo, y de este modo, estando atento a los primeros signos. |