El grupo de investigadores midió la masa grasa y muscular de 70 personas de 60 años, de otro grupo de mayores sin demencia y de 70 individuos con enfermedad de Alzheimer en etapas tempranas.
Se utilizaron imágenes de resonancia magnética y pruebas neuropsicológicas para determinar la relación entre los componentes de la composición corporal, la atrofia cerebral y el rendimiento cognitivo. Además, también se tuvo en cuenta el nivel habitual de actividad física, la fragilidad, los niveles de insulina, de lípidos, la inflamación y el estado alelo e4 de apolipoproteína.
Todos los datos derivados de estas valoraciones hicieron observar a los investigadores cómo la masa magra total se reducía en aquellos individuos con enfermedad temprana de Alzheimer, si se comparaba con los controles medidos.