El valor de los recuerdos, creo que desde que convives con la enfermedad y ves como tu enfermo va perdiendo esos recuerdos, comienzas a valorar los mismos de forma muy distinta al resto del mundo.
Yo misma suelo decir “dichosa yo que aun puedo recordar”, a pesar de que en algunas ocasiones esos recuerdos entrañen una gran tristeza, pero como digo aun puedo recordar los buenos y malos momentos que la vida nos va dando.
Pues bien dentro de esa importancia que para el resto del mundo que no se a encontrado de cerca el Alzheimer, pueden pensar que es desmedida, o sencillamente creen que; vivimos demasiado obsesionados con el tema de nuestra memoria, les haré la siguiente pregunta o reflexión en forma de ejemplo:
¿Alguna vez has buscado unas llaves que no sabes donde las has dejado? Seguramente si, y estarás de acuerdo conmigo que por tu cabeza pasan ideas como: “como voy a irme sin cerrar la puerta”, “sin ellas no podré sacar el coche del garaje”, “y si se me cayeron en la calle y las a encontrado alguien” y un largo etc. Un etcétera que se desvanece una vez que las has encontrado, para nosotros como digo es distinto, pues a nosotros nos aparece la sombra del Alzheimer, “¿estaré enfermando?”, “¿me estaré volviendo como...? y aun un etcétera mas largo que el resto de las personas, un etc, que ya nos puede incluso fastidiar el día, por que es un mecanismo que funciona así, empezamos a recordar a nuestro enfermo el antes y el después, de que contrajera la enfermedad, y si ya no está con nosotros, recordamos aun muchas mas cosas, y lo peor, nuestra preocupación por vernos un día igual que ellos.
Mi reflexión para quienes son o fueron cuidadores: mucha tranquilidad, porque como el resto del mundo perdemos llaves, y cuando aparecen a pesar de nuestros temores, solemos recordar como las dejamos allí, o las encontramos en un sofá que recordamos haber estado sentados y que pensamos igual se me cayeron allí. Y ahora reflexionar conmigo, ¿el problema no seria que una vez encontradas, no supiéramos o no recordáramos para que son esos trozos de metal? ¿No es cierto que nosotros podemos saber que cuando enfermas de esta cruel enfermedad, es posible que nunca busques llaves porque probablemente no recuerdes haberlas tenido? Por eso les digo, tranquilos y les cuento algo que hago yo y me tranquiliza, me hago preguntas y me las respondo, ¿qué día nací?, ¿ mis apellidos son?, ¿Hoy es día....? y si me las respondo sin problemas, me digo, ¡BIEN!, ahora tranquilízate y piensa donde habrás dejado esto.... y siempre suele aparecer.
Para los que no han pasado por esta vivencia de convivir con el Alzheimer, les ruego, comprensión, y que entiendan que si aseguramos algo, y ustedes nos llevan la contraria sin siquiera estar seguros de cómo fue la cosa..., no les extrañe vernos nerviosos, incluso enfadados, si después conseguimos hacerles ver que estaban equivocados.
Lo dicho no les extrañe esto pues es debido al valor que le damos a nuestros recuerdos, y debido a una de las huellas que la enfermedad nos deja.
Y para terminar diré, que siempre pedí comprensión para los enfermos de Alzheimer y hoy quiero pedir encarecidamente, esa compresión para sus cuidadores o para los que lo fuimos.
Un abrazo y bonitos recuerdos.
Eunice