¿POR QUÉ FALLAN LAS DIETAS?
Karina Galarza Vásquez
A diario recibimos información sobre dietas que prometen reducir el peso corporal en poco tiempo; sin embargo, muy pocas ofrecen resultados reales y duraderos. Ello se debe a que no incorporan cambios saludables en el estilo de vida y tienen muchas restricciones.
“Pierda hasta 6 kilos a la semana”, “flac@ en 3 días” o “reduzca 4 tallas al mes” son algunas de las falsas promesas que venden las numerosas dietas con que nos bombardean a través de radio, televisión, revistas o Internet (muchas de ellas avaladas por “personalidades” antes que por nutriólogos), las cuales no poseen las características mínimas de una alimentación completa y balanceada, además de que tampoco promueven la actividad física ni hábitos sanos.
“Son la dietas milagrosas que, lejos de beneficiar, perjudican la salud de personas desesperadas por deshacerse del sobrepeso, ya que son muy restrictivas y desequilibradas”, acota el Dr. Armando Dávalos Ibáñez, endocrinólogo, quien añade que la única manera de bajar de peso con resultados duraderos es aprendiendo a comer en forma sana, lo cual se puede lograr con la asesoría de un especialista médico.
¡Las dietas engordan!
Así es. Aunque esta frase parezca absurda, pues lo que se busca con las dietas reductivas es perder peso y no incrementarlo, las pruebas obtenidas por los especialistas apuntan hacia la dirección contraria. Después de todo, ¿se ha preguntado por qué después de seguir una alimentación baja en grasas y carbohidratos se recupera el peso perdido y hasta se ganan kilos?
“Al someterse a regímenes tan restrictivos no sólo se pierde grasa, sino masa muscular y agua, lo que reduce la capacidad del organismo para quemar calorías. De hecho, está comprobado que los músculos bien desarrollados queman más calorías y, tras seguir dieta rigurosa, reducen su tamaño y con ello se dificulta el consumo de energía”, refiere el especialista.
A ello se suma que, al abandonar la dieta, la persona vuelve a comer como antes, incluso en mayor cantidad debido a las restricciones que sufrió. Además, el organismo no distingue entre régimen dietético de reducción y estado de carencia nutricional, por lo que tenderá a acumular mayor cantidad de reservas grasas para atender las situaciones de emergencia.
“Si dichas dietas realmente funcionaran veríamos menos gente obesa caminando por la calle. Ninguno de los regímenes alimenticios ‘milagrosos’ que se difunden por los diferentes medios informativos es efectivo, ya que sólo generan pérdida de peso que en poco tiempo se recupera”, advierte el Dr. Dávalos Ibáñez.
¿Por qué no funcionan?
En su intento por perder peso, mucha gente va desordenadamente de una dieta a otra, y en múltiples ocasiones suele abandonarlas. De acuerdo con el endocrinólogo, lo anterior se debe a que:
- Los planes de alimentación son muy restrictivos y aburridos, por lo que surge la tentación de volver a los viejos hábitos.
- Aquellos regímenes que no permiten ciertos alimentos (carbohidratos, grasas o proteínas) resultan poco saludables.
- Las dietas que recortan calorías drásticamente o que se basan en comidas (precisas y listas) suelen funcionar a corto plazo; sin embargo, una vez que se alcanza la meta, el paciente carece de un plan nutricional para el resto de la vida, lo que trae a los kilos de regreso.
- Quienes logran bajar lo suficiente soportando el hambre en tiempo breve no incorporan verdaderos cambios de hábitos, no realizan el ejercicio físico necesario ni recurren con constancia a la comida realmente sana y que aporta menos calorías para mantener su nuevo peso en forma estable.
Entre los errores que se comenten resalta la falta de asesoría profesional, pues aunque es necesario contar con ayuda de especialistas, no se acude a ellos ni se escuchan sus palabras. Tal vez se cree que las dietas milagro sacarán del apuro, pero nunca se toman en cuenta las posibles consecuencias y graves repercusiones.
En este contexto, cabe destacar que un equipo de médicos de la Universidad de Los Ángeles, Estados Unidos, analizó los resultados de diversos estudios científicos sobre los efectos a mediano y largo plazo de varias dietas y sistemas para adelgazar. Así, examinaron 31 trabajos académicos sin la finalidad de encontrar “cuál era la mejor dieta”, sino para conocer por qué algunas personas obtenían resultados a largo plazo, mientras que la mayor parte (aproximadamente 65%) recuperaban los pocos o muchos kilos perdidos en un periodo de entre 2 y 5 años tras la dieta.
Los especialistas concluyeron que antes que bajar de peso en poco tiempo, el “secreto” radica en tener claro que el objetivo final de un tratamiento de este tipo es cambiar de hábitos y mantener un estilo de vida saludable, lo que significa que se deben incluir alimentación balanceada y ejercicio físico en forma cotidiana, adaptado a cada persona. La dieta para bajar de peso, por sí sola, no es más que una solución de corto plazo, según observaron los expertos.
Coma bien
No nos damos cuenta de que la única forma de consumir una dieta conveniente, que origine resultados benéficos y perdurables, sin agotarnos y sin sentir la necesidad de despojarnos del plan de adelgazamiento, es modificando hábitos perjudiciales. “Lo más recomendable es individualizar la alimentación y educar a la gente, lo cual sólo se logra con ayuda de especialistas”, puntualiza el Dr. Dávalos Ibáñez.
Si considera que debe bajar de peso, acuda con el médico endocrinólogo o nutriólogo, quien valorará cuántos kilos es necesario que pierda, diseñará un programa nutricional personalizado y le ayudará a crear conciencia sobre la forma correcta de comer. Apártese de las dietas milagrosas y opte por estilo de vida saludable que no sólo le permita perder peso, sino mejorar su salud y calidad de vida.