El avance del Alzheimer es más lento tras los 80, según un estudio
El hallazgo tiene implicaciones para el costo de la atención del paciente y para la evaluación de nuevos tratamientos, afirman expertos
healthfinder.gov. Por Steven Reinberg
El letal avance de la enfermedad de Alzheimer es más lento en las personas que tienen a partir de los 80 años que en las personas mayores de menos edad, hallaron investigadores.
El riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad, y para los 85 años, es de alrededor de 50 por ciento. Pero los que desarrollan el trastorno cerebral progresivo a esa edad tan avanzada experimentan una enfermedad menos agresiva que aquellos cuyos síntomas aparecen a los 60 o los 70, según investigadores de la Universidad de California, en San Diego.
Dominic Holland, investigador principal del departamento de neurociencias de la universidad, señaló que los médicos tendrán que tomar estos hallazgos en cuenta cuando evalúen a los pacientes más ancianos de enfermedad de Alzheimer.
“Los métodos para la detección temprana, que dependen de biomarcadores además de la capacidad mental, tendrán que tomar en cuenta la edad del individuo evaluado”, aseguró. Dado que los mayores “viejos” podrían deteriorarse más lentamente que los pacientes de menos edad, quizás los médicos no se den cuenta de que sufren de Alzheimer.
Los hallazgos también tienen implicaciones para los ensayos clínicos que evalúan tratamientos potenciales para el Alzheimer y las proyecciones sobre el costo de la atención de distintos pacientes de la enfermedad, señalan Holland y otros expertos.
Actualmente, no hay tratamientos efectivos para ralentizar ni curar el Alzheimer, que destruye gradualmente a las neuronas y le roba la memoria a las personas, así como su capacidad de comunicarse y realizar tareas cotidianas.
El informe aparece en la edición en línea del 2 de agosto de la revista PLoS ONE.
Para estudiar el avance de la enfermedad de Alzheimer, Holland y colegas usaron datos del estudio de Iniciativa de neuroimágenes de la enfermedad de Alzheimer. Observaron a más de 700 personas entre los 65 y los 90 años de edad, algunas con un funcionamiento mental normal, algunas con señales leves de demencia, y otras que sufrían de Alzheimer.
Los participantes se sometieron a pruebas cada seis o doce meses.
Los investigadores hallaron que los pacientes más jóvenes de Alzheimer perdían sus capacidades mentales más rápido que los pacientes mayores.
Esos declives entre los pacientes más jóvenes eran paralelos a la tasa acelerada de pérdida de tejido cerebral y el aumento en un indicador del fluido espinal del Alzheimer que se observó en el grupo de menos edad, en comparación con los pacientes más viejos, añadieron los investigadores.
Los investigadores no están seguros de por qué el Alzheimer es más agresivo en los pacientes más jóvenes. Una explicación podría ser que los pacientes mayores han estado en declive a una tasa más lenta durante más tiempo, y que algún factor desconocido mantiene los síntomas a raya, sugieren.
Otra posibilidad es que los pacientes mayores tengan demencia además de Alzheimer, lo que podría retrasar el efecto completo del Alzheimer sobre el cerebro. Pero esos diagnósticos se deben realizar mediante autopsias, la única forma en que el Alzheimer se puede diagnosticar con precisión, anotó Holland.
Se calcula que actualmente el Alzheimer afecta a 5.6 millones de estadounidenses, y se espera que esa cifra se triplique para 2050 a medida que la generación de la postguerra envejezca.
El hallazgo de que mientras más joven se desarrolla la enfermedad, más agresiva es, no es una buena noticia para los pacientes mayores de menos edad que sufrirán de una pérdida en empeoramiento de sus capacidades mentales durante mucho tiempo, lamentó Holland.
Otro experto dijo que los hallazgos podrían afectar tanto las proyecciones de los costos de salud como los ensayos clínicos.
“Se trata de un trabajo extremadamente importante con implicaciones tanto para las proyecciones del costo de la atención de la enfermedad de Alzheimer como para la planificación de los ensayos clínicos”, aseguró el Dr. Sam Gandy, director asociado del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer Mount Sinai de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Si el panorama clínico de la población mayor de 85 años es más leve que lo que típicamente se ve en poblaciones más jóvenes, esos pacientes mayores seguirían siendo independientes más tiempo, y las proyecciones de la carga económica para el sistema de atención de salud se deben ajustar, aseguró.
“Actualmente, en EE. UU. el costo anual es de 200 mil millones de dólares, y la proyección es de 1 billón para 2050″, advirtió Gandy.
“Quizás en lugar de 1 billón se trate de 500 a 750 mil millones. Sigue siendo catastrófico, pero considerarlo en esta proyección vale la pena”, añadió.
Algo igualmente importante es que si la tasa de declive es más lenta en las personas de 85 que en las de 65, esto se debe tomar en cuenta cuando se reclute para ensayos clínicos, apuntó Gandy.
Por ejemplo, si todos los pacientes que reciben un fármaco fueran mayores de 85 años y todos los pacientes que reciben un placebo inactivo fueran mucho más jóvenes, quizás parezca que el fármaco funciona cuando, en realidad, las poblaciones no están emparejadas adecuadamente, apuntó Gandy.
“Ya sabíamos que lo deseable era que las poblaciones fueran lo más idénticas posible, pero realmente no conocíamos este fenómeno específico”, comentó.