1. ¿Y qué es la poesía, después de todo, sino la persecución desaforada de la belleza? ¿Y qué es la belleza, sino la persecución desaforada de la felicidad?
2. Cuando habla la belleza, uno debe callarse para oírla en silencio.
3. Después de tantos años bregando con el amor, yo he llegado a la conclusión de que es realmente una suerte tener a alguien a quien amar.
4. Siempre nos fijamos en el otoño como el agotamiento de un ciclo. Pero rara vez lo hacemos como el origen de otro, ya que el otoño es la estación de la sementera.
5. Una vez que el hombre se ha decidido a ser animal, ¿Qué puede esperar de la vida sino la coz de sus semejantes? Es duro, ¿No? Sobre todo para los animales.
6. Si el ego se diluyera como un terrón de azúcar en el café, el mundo sería más dulce, sin duda, pero tal vez se extinguiera al acabarse la taza.
7. No hace falta irse para que se note la ausencia.
8. La risa es necesaria para que el alma respire. Donde hay hombres que ríen, aunque falte el pan, hay vida .
El Cielo se hizo de Amor
El día que se calle el amor habrá un terrible silencio. O acaso empiecen
a oírse los tambores sordos del vacío, de la noche recurrente y repetida
y ciega, de la jungla inabarcable, la soledad frente a Dios, la nada.
Por fortuna, el amor es una sabia que se renueva y, mezclada en el
barro, siempre habrá una gota que resista los embates de los tiempos
secos. Una lágrima, una risa, una mirada... Esas cosas nos salvarán de
la química o la muerte. Mariano Estrada (España)