Mi impecabilidad me garantiza perfecta paz, eterna seguridad y amor imperecedero; me mantiene eternamente a salvo de cualquier pensamiento de pérdida y me libera completamente del sufrimiento.
Mi estado sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da.
¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece?
Debo aceptar la Expiación para mi mismo, y nada más.
Dios ha hecho ya todo lo que se tenía que hacer.
Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar mi Ser, mi impecabilidad, la cual se creó para mi y ya es mía, para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.
Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy.
Era yo quien estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mi mismo.
Padre, mi sueño termina ahora.
Amen
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,
MACHI V