Soy el ángel blanco que tanto esperabas,
ven toca mis alas y te llevaré a volar,
en mis alas livianas tejo sueños,
y en mis nubes gaseosas, te susurro frases de amor,
guardé un cielo celeste para amarnos,
ven, necesito la lluvia de tus caricias y tus besos,
que mojen mi cuerpo en palomas de amor,
Soy tu ángel,
en mis cielos celestes te espero,
coronada en rubíes de amor,
en vestidos vaporosos blancos...
Mis alas blancas se hacen doradas, cuando llegas tú,
en mis manos tengo rayos de caricias para ti.
Ven amado, te ofrezco mis cielos resplandecientes,
donde la luna siempre es redonda, donde el sol nunca se apaga,
no, no hay hay hogueras de mal por acá,
todo es amor silencio y paz.
Ven, toma mi mano, vamos a volar
por toda la eternidad...
Soy tu ángel,
que en tus costas quiere naufragar,
y soñar embelesada que tu eres mio y de nadie más.
Te lanzaré mis flechas enamoradas,
y a mis brazos palomas vendrás a retozar,
acariciaré tus cabellos,
te cantaré dulces melodías al oído,
besaré dulcemente tu frente,
te haré soñar...
Soy tu ángel,
sumergida en tus hechizos rojos de amor,
no me puedo liberar,
mi magia es inútil frente a ti,
y me encarcelo sumisa, en tu fuego de amor.
Vamos, te invito a volar,
en remolinos arrebatados te haré viajar por los cielos más albos,
tú serás mi halcón blanco que me sigue los sueños,
yo, tu ángel, tu paz...
Quiero volar ligera en ti,
mis velos quieren cubrir todas tus sombras de dolor,
quiero que mis flores blancas de alegría, te besen,
que los algodones de mis plumas te abracen,
mis halos de amor esperan ansiosos por ti,
aterrizaré en tus jardines,
te llevaré a mis paraísos celestiales,
olvidarás en ellos, todos tus penares,
recogeré en mis odres todas tus lágrimas, llenaré tu soledad,
y en mis ojos enamorados, sonreirás contento, ¡Vivirás!
yo seré, tu insondable mar.
Oh, mi halcón blanco, tómame entre tus brazos varoniles, volemos juntos en pétalos de amor y ¡Ámame, ámame, como el sol al mar¡ , ¡Ámame como nunca se pudo amar¡
Nos fundiremos en uno,
nuestros cuerpos harán comunión perfecta,
nuestra dicha,
se irradiará por todo el universo,
como luz incandescente,
entonces nos convertiremos ambos,
en dos ángeles brillantes en luz.
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú-D.R.A.