Silencioso sello que respeta mi soberanía
Cuando embelesa tus ruegos como una llama en el aire
¿Qué cielo multiplicas tendido en tu tallo?
¿Cuándo oyes el canto del viento? ¿Cuándo arde una leyenda?
Alma de acero, corazón de cristal, tu caliente dulzura
Déjame regresar en el trinar de la luna llena en el crepúsculo
En el mar de tu viento…. al marcar un paso al filo del céfiro
Soy espiración e inspiración, en el incendio vespertino
Soy discreta y secreta, en la sedienta raíz a tu propia conciencia
Cuando el aire de la noche anuncia el silencio el enigma en tu altar
Cuando callas tus palabras fulguran en el olimpo como una esfinge
Cuando no conoces el misterio de la eternidad
como centinela solitaria...
Cara de ángel, corazón de diablo donde ves los monumentos
Tu memoria engendra certeza
En el amanecer envuelta entre sombras
Un susurro ausente en tu alma como un disimulo en la expresión
Procede como un Dios que nunca llora cuando enternece tu voz
Como agua caída del cielo callas y observas, en silencio
Contemplando tu ojo al sol dorado tiene una historia en el ocaso
Cuando consume tus destellos es cuando guardas el oscuro inicio
Se esparce añoranza en el lugar
Como una cálida elocuencia que estalla
Tu edad se dispersa a mí, muda y eterna
patricia