UN CURSO DE MILAGROS
(199) No soy un cuerpo. Soy el hijo de Dios.
Aquiétate mente mía, y piensa en esto por un momento.
luego regresa a la tierra, sin confusión alguna acerca de quién es aquel a quien mi Padre ama eternamente como Su Hijo.
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
LO SIENTO, por las memorias de dolor que comparto contigo,
TE PIDO PERDÓN por unir mi camino al tuyo para sanar,
TE DOY LAS GRACIAS porque estás aquí para mí y
TE AMO por ser quien eres.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,