UN CURSO DE MILAGROS
(200) No hay más paz que la paz de Dios.
Que no me desvíe del camino de la paz, pues ando perdido por cualquier otro sendero que no sea ése.
Mas déjame seguir a Aquel que me conduce a mi hogar, y la paz será tan segura como el Amor de Dios.
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
LO SIENTO, por las memorias de dolor que comparto contigo,
TE PIDO PERDÓN por unir mi camino al tuyo para sanar,
TE DOY LAS GRACIAS porque estás aquí para mí y
TE AMO por ser quien eres.
COMPARTIDO CON MUCHO AMOR,