El poder de la risa
No
se ríen los animales, y quizá tampoco los dioses. Nos reímos nosotros
porque somos humanos, y la risa nos caracteriza como humanos, e incluso
nos ayuda a ser más humanos. Por eso queremos hablar de ella.
La
risa forma parte de nuestra vida cotidiana -en mayor o menor medida-, y
dada su aparente intrascendencia o superficialidad, pocas veces nos
preguntamos: ¿qué es la risa?
Podrían
darse muchas definiciones, pero ninguna sería completa. Siempre quedará
algo fuera del alcance de nuestra comprensión lógica y racional, pues
como la vida misma, la risa es una paradoja: algo sencillo y complejo a
la vez; un misterio; una fuerza de la naturaleza, como el aire o como el
agua, una fuerza presente en cada uno de nosotros.
Y
cada ser humano expresamos esa fuerza de manera diferente, dando lugar a
tantas formas de risa como seres humanos existen. Un fenómeno realmente
fascinante, que escapa a cualquier intento de clasificación. Podemos
hablar de risa alegre, risa sincera, risa falsa, risa burlona, risa
seductora, y miles de risas más, pues con la risa podemos expresar una
enorme variedad de emociones y sentimientos. Pero siempre quedará algún
aspecto fuera de nuestros esquemas. Algún aspecto que incluso podría
parecernos absurdo, pero que también nos da risa.
Quizá
sea verdad que la risa fue el remedio que nos dio Dios para poder
sobrellevar la vida después de que nos expulsara del paraíso. Pues,
¿Cómo podríamos atravesar este "valle de lágrimas" sin la risa?
Cuando
la risa es natural, sincera, auténtica... nos da salud. Si además va
unida al sentido del humor, favorece también nuestra salud psicológica y
mental. Eso nos hace el camino de la vida más llevadero, e incluso
podemos disfrutar de él. Porque en él encontraremos también alegría,
felicidad, entusiasmo..., y todo es posible, podemos comenzar riendo.