DESDE MI INFANCIA...
Desde mi infancia, el único hombre que admiraba todos mis trabajos infantiles era mi abuelo. Mi arte gustaba a toda mi familia, los miembros de esta lo elogiaban, pero el deleite de este hombre era genuinamente sincero, incomparable. Admiraba cada mancha de tinta, cada rizo, y pasaba mucho tiempo examinando los garabatos que hacía. Han pasado 20 años desde eso, y gracias a él sigo disfrutando del arte, pintando cuadros, haciendo todo tipo de cosas e imaginando su rostro alegre cuando lo hago.
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