No fui el primero que llegó a tu vida
el que arrimó a tu ser la trascendencia
aquél que te cambiara la existencia
abriendo a tu sentir otra avenida.
Aquél de otro pasado y de otro acuerdo
de otra esperanza entonces oportuna
el que contigo contempló otra luna
lejana en otro tiempo del recuerdo.
No fui el primero pero hay otras cosas
que mudan el paisaje de los sueños
que tuercen el destino, los empeños
y cambian las espinas por las rosas.
No fui el primero ves y sin embargo
llegué hasta ti como llegó la ola
llegué para encontrarte el alma sola
llegué para arrancarte del letargo.
Llegué para mostrar que lo tardío
puede cambiar por dentro un derrotero
llegué después y si no fui el primero
llené de besos nuevos tu vacío.
Porque el amor no es turno ni es secuencia
en una identidad y en un momento
y no siempre el primero es argumento
para una natural equivalencia.
No fui el primero que marcó el camino
a un claro despertar de tu conciencia
pero llegué y hoy soy la diferencia
que te enredó en la piel el torbellino.
Ernesto Cárdenas.