AMOR Y PEDAGOGÍA
La autoridad ya no la tienen los padres ni los ancianos; ahora gobierna la ciencia.
Estamos en un dilema:
queremos ser padres, queremos ser amantes, y queremos hacerlo todo en
consonancia con lo que indica la ciencia. La perplejidad nos
acorrala: hasta el amor está regulado por los especialistas de los
medios masivos de comunicación. Todos nos dicen qué hacer, cómo hacer,
cuándo hacer.
Luego, cuando nos encontramos en casa con nuestros hijos, sentimos que
estamos desnudos: tenemos miedo de amar, miedo de educar, miedo de
hablar, miedo de actuar. Miles de ojos
nos miran y nos dicen:¡cuidado!
La ciencia, que es
conciencia, nace después de la vida, cuando se mira atrás y se ve el
camino recorrido, al decir de Machado. La alternativa se vuelve clara:
Amor o Pedagogía
Vida o Ciencia.
El que vive puede
practicar la ciencia, pero no se vive científicamente. Es científico en
su gabinete, en su probeta, en sus libros. En el contacto con otros
hombres sucumbe a la vorágine de los sentimientos, la irracionalidad de
lo imprevisible. Porque no está solo, porque están los otros y, aún si
pudiera manejar sus propias conductas a conciencia, no puede regular los
comportamientos de los otros, que inciden sobre él y lo hacen
reaccionar.
El amor no se ordena.
Por eso las Escrituras nunca dijeron amarás a tus hijos o amarás a tus
padres o amarás a tu esposa.
No hay mandamiento para el mundo de las pasiones.
Por eso se llaman pasiones: se padecen. Yo soy mi pasión, pero soy de ella.No, la vida no es programable, y menos la de un hijo.
A nosotros nos falta
jerarquizar nuestros fines, organizar la escala de prioridades, liberar
la mente y ejercer la libertad que equivale a proclamar el derecho a
otras alternativas.
A veces, cuando
volvemos a la madrugada de las fiestas bulliciosas, nos recoge el
silencio del cielo estrellado, y un atisbo de aquello profundo nubla la
vista, corta la respiración, y uno se siente francamente feliz. De eso
profundo no hablamos. Ni entre nosotros, ni con nuestros hijos.
Y sin embargo es lo único importante.
JUANITA
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