La entrevista fue realizada en 2015 por la revista holandesa Straatnieuws y estuvo a cargo del editor Frank Dries y los periodistas Stijn Pantanos y Jan-Willen Astucia. El equipo incluyó también a Marc, un hombre de 51 años sin hogar que trabaja vendiendo revistas en la ciudad de Utrecht.
El entrevistador le recordó al Pontífice que “San Francisco eligió la pobreza radical y vendió también su evangeliario” y luego preguntó si como Papa y Obispo de Roma, “¿se siente alguna vez bajo presión por vender los tesoros de la Iglesia?”.
La respuesta del Papa Francisco fue clara: “Esta es una pregunta fácil. No son los tesoros de la Iglesia, sino que son los tesoros de la humanidad. Por ejemplo, si yo mañana digo que La Piedad de Miguel Ángel sea subastada no se podría hacer porque no es propiedad de la Iglesia. Está en una iglesia, pero es de la humanidad. Esto vale para todos los tesoros de la Iglesia”.
“Los beneficios de las ventas van a Mons. Krajewski, que es mi limosnero. Y después está la lotería. Estaban los carros que han sido todos vendidos o dados a través de una lotería y lo recaudado se ha usado para los pobres. Hay cosas que se pueden vender y estas se venden”, aseguró.
Asimismo, el Papa dijo que se suele pensar que “la Iglesia es muy rica” y que se podría hacer “catálogo de bienes”.
Pese a que “los bienes inmobiliarios de la Iglesia son muchos –explica Francisco–, los usamos para mantener las estructuras de la Iglesia y para mantener muchas obras que se hacen en los países necesitados: hospitales, escuelas”.
“Ayer por ejemplo he pedido enviar al Congo 50.000 euros para construir tres escuelas en países pobres, la educación es una cosa importante para los niños. Fui a la administración competente, hice esta petición y el dinero ha sido enviado”, agregó el Santo Padre.
Cuando el gobierno italiano de la época ofreció a la Iglesia un gran parque en Roma, el Papa Pío XI dijo “no”.
En cambio, les dijo: “Quiero solo la mitad de un kilómetro cuadrado para garantizar la independencia de la Iglesia”, comentó Francisco, explicando que “este principio sigue en pie”.
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