He aquí una expresión que también me gusta mucho y que hoy compartiré con vosotros: ser la oveja negra.
Aquí en España las ovejas normalmente son blancas, pero de vez en cuando sale una oveja negra, es decir, una oveja diferente a las demás.
Si ese hecho lo extrapolamos a otros ámbitos fuera de las ovejas, como por ejemplo las personas, una oveja negra sería alguien diferente a los demás, alguien que destaca mucho sobre los otros, ya sea en sentido positivo o negativo. En una familia de gente inculta que odia leer y pasa horas y horas frente a la televisión la oveja negra sería alguien que le gustase leer, la música, el arte… Y en un grupo de amigos que les encanta salir de marcha, emborracharse, fumar, etc., la oveja negra sería el chico súper responsable que siempre se pide zumos en la discoteca y nunca se acuesta más allá de las 2 de la mañana porque al día siguiente hay que madrugar.
En resumen, la oveja negra de un grupo es el que va al revés de los demás, el que no se deja llevar por la masa sino que tiene suficiente personalidad como para hacer lo que quiere o lo que le gusta sin que le importe demasiado lo que piensen los demás.
Vivan las ovejas negras!