Triste
es cuando otros te fallan. Cuando esa gente en quien confiaste y
creíste, te desilusionan, e incluso hablan mal de ti. Desearías poner en
evidencia su error. Sientes odio, tristeza, dolor y desilusión al mismo
tiempo. Y al final no sabes qué sentir.
Aunque
esto te pase, sigue creyendo en la amistad sincera. Sigue dando lo
mejor de ti a las personas, y nunca pagues con la misma moneda.
Si
te han fallado, haz lo posible para no fallar. Si te han desilusionado,
sé siempre recto para no cometer el mismo error. Si te han calumniado,
ofrece a Dios esa situación, que sea Él quien juzgue, pero no envenenes
tu corazón con el deseo de hacer tu justicia.
No
importa el error que otros hayan cometido, no te hagas insensible y
frío ante las personas que te necesiten. Sigue haciendo el bien, sigue
creyendo, sigue ofreciendo lo mejor que tengas y ante todo, deja el
juicio en las manos de Dios.
La
vida es hermosa y tienes la oportunidad de seguir viviendo. Sigue
adelante tu camino sin ver los tropiezos tuyos, y menos los de los
demás, como obstáculos. Y no cometas los mismos errores que otros hayan
cometido contigo.