Hincharse las narices
Modismo
Significa, como bien sabido es, enojarse mucho. Francisco Cascales (1570-1624), en sus Cartas filológicas, escribe: "Lo primero que miramos en el que habla es su semblante; con éste amamos, con éste aborrecemos y con éste entendemos muchas cosas antes de hablar. La ceja, el soberbio y el que admira la levanta; el que está triste la baja. Las narices hínchele airado; la honestidad pide los ojos serenos; la vergüenza, bajos; la ira, encarnizados; el dolor, llenos de agua...". En La Celestina también leemos: "No me hinches las narices con estas memorias".
Quevedo en su Cuento de cuentos usa en varias ocasiones la expresión de tener o tomar hincha a una persona y a buen seguro viene de la expresión "hinchársele a uno las narices". Una variante de esta expresión es "subírsele a uno el humo a las narices", que significa también irritarse o enfadarse. Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española explica: "Subirse el humo a las narices vale por enojarse y airarse; es efecto de la cólera y término usado comúnmente y aun frase de la Escritura".
Efectivamente, el término aparece dos veces en la Biblia. El propio Covarrubias, en sus amenas consideraciones sobre la palabra "nariz", dice: Subir el humo a las narices o mostaza a las narices, es sinónimo de iracundia". Y al definir la mostaza, todavía repite: "Amostazarse es enojarse, y subirse la mostaza a las narices lo mismo. Porque igualmente hace este efecto el enojo y la mostaza que alteran la nariz, lugar propio donde se demuestra la saña, la ira".
Néstor Luján Cuento de cuentos