Ella es rosa perfecta y delicada, de una belleza peculiar, sincera, y se lleva la palma por doquiera, y por tal se merece ser amada.
A mi alma la tiene embargada de una fragancia tal, que no quisiera perder por nada a tan verdadera musa, cual del Olimpo regalada.
Y soñar con eternas primaveras y veranos de cielos estrellados en noches de romántica hermosura,
donde las penas eludir de veras y dejar los escollos olvidados de esta vida que a veces es tan dura.
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