DESAMOR DE AMIGO
Por
Emma-Margarita R. A.-Valdés
Se ocultó tu sol caliente,
se cerró tu limpia fuente
cuando estalló la tristeza.
En mi soledad doliente
permanecí indiferente
al conocer tu vileza.
Te apartaste de mi vida,
no me curaste la herida
cuando llegó la traición.
Era tu amistad fingida,
interesada y podrida,
muy lejos del corazón.
El agua de aquel torrente
es hoy fango maloliente
de tu espíritu mezquino.
Eres parte de esa gente
que traiciona, engaña y miente
para llenar su intestino.
Mi afecto hacia ti crecía
sin saber la hipocresía
de tu rendida amistad.
Confié en una utopía,
en la bella fantasía
del bien y la caridad.
Son oscuros los colores
de aquellas brillantes flores
de fe y de sinceridad.
Ya no son deslumbradores,
están hechos con dolores
de tu cruel falsedad.
Soñaba una nueva vida
en la rama florecida
con amor fiel de un amigo.
Hoy la realidad suicida
de tu lado me desliga
y hace de ti mi enemigo.
La sospecha me encarcela
y el pavor a que me duela
un desengaño mayor.
Mi alma triste llora y vela
porque de todo recela,
sólo vive en el temor.
Fuiste en verdad un hermano,
el Caín soberbio y vano
que quiso heredar el cielo.
No me tendiste la mano
por salvar tu barro enano,
es triunfar tu único anhelo.
No me ahoga la tristeza
porque tengo la certeza
del sincero amor de Dios.
Por su infinita nobleza,
y sin ninguna aspereza,
amigo, te digo adiós.
diseño Cielo_ven
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