CARTA DE AMOR
Vosotros estáis completos en él. Colosenses 2:10
Esta mañana recibiremos el correo. Viene una carta escrita especialmente para ti. Su mensaje esta diseñado para hacerte sentir, una vez más, el amor de Dios. Léela sin prejuicios, deseando escuchar la voz del Señor y entendiendo que solamente somos y estamos completos en él.
Por favor, escribe tu nombre en los espacios en blanco:
“Querido(a) _________, ¡yo te amo! Derramé mi propia sangre con el propósito de limpiarte. Ahora estáis limpios, de modo que cree que es cierto. Eres precioso en mis ojos y te he creado para que seas exactamente como eres.
*No te critiques a ti mismo, ni te desprecies por no ser perfecto a tus propios ojos, porque eso solo lleva a la frustración. Quiero que confíes en mí un paso, un día a la vez. ¡Habita en mi poder y en mi amor y sé libre! ¡Sé tu mismo! No permitas que otras personas te dirijan. Seré yo quien te guíe si me lo permites.
*Sé consiente de mi presencia en todo. Yo te ofrezco paciencia, amor, gozo, paz y vida. Busca tus respuestas en mí. Yo soy tu pastor y te guiaré. ¡Sígueme solo a mí! No olvides esto. Escúchame y yo te diré cual es mi voluntad. Yo te amo, ________.
*¡Yo te amo! Permite que mi amor fluya hasta ti y se derrame sobre todas aquellas personas a las que tocas. No te preocupes de ti mismo. Tú eres mi responsabilidad. Yo te cambiaré y apenas te darás cuenta de lo que está sucediendo. Debes amarte a ti misma y a otros de manera semejante a la que yo te amo. ¡Deja de mirarte a ti misma! ¡Mírame solo a mí! Yo guío, yo cambio, yo creo, pero no cuando tú lo estas intentando. No voy a luchar en contra de tus esfuerzos. Tú me perteneces. Permíteme, por lo tanto, darte gozo, paz y amabilidad.
¡Nadie puede hacerlo! ¿Te das cuenta, __________?
*Tú me perteneces y no es asunto tuyo, en realidad, como estés. No luches. Relájate, sencillamente, en mi amor. ¡Mi voluntad es perfecta! ¡Mi amor es suficiente! Yo supliré todas tus necesidades de acuerdo a mis riquezas en gloria.
Mírame a mi, _____________.
*¡Yo te amo! ¡Confía en mí