Me recreo en tu amor,
en tu brillante luz que me ilumina
para seguir la ruta
de la vida, colmada de alegría
Percibo la fragancia
que brota de tu interno sentimiento
y acrecienta el ardor
de mi boca, sedienta de tu beso.
Gozo de tu presencia
entre el ramal ardiente de mis brazos.
Te ofrezco mi nidal
para el fruto del sueño deseado.
Paladeo el futuro,
el hogar que unirá nuestros destinos,
la sólida familia
que es pilar del amor y del cariño.
Me recreo en el fin
de las jóvenes horas que gozamos,
pasión en lozanía
que será, con el tiempo, dulce bálsamo.
Estaremos felices
con el caudal de amor atesorado,
la joya del camino,
el más valioso don del ser humano.
Emma-Margarita R. A.-Valdés |