Actor
"Jesús le contestó: Voy a mojar un pedazo de pan y a quien se lo de, ese es. Enseguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas hijo de Simón Iscariote." Juan 13:26 "
Judas es un personaje que no deja de sorprender. Había convivido con los otros apóstoles durante casi tres años, habían dormido juntos, sabían todas sus mañas y sin embargo, nunca descubrieron su verdadera intención.
Ya había acordado con los principales fariseos entregar a Jesús por unas monedas, y seguía en la comitiva de Cristo. Iban juntos al templo, comían juntos, pasaban todo el día juntos. Nadie sospechaba de la terrible traición de Judas. Hasta que en la ultima cena, Jesucristo mismo dice textualmente que uno de los doce lo iba a entregar.
Hay que imaginar ese momento. Once hombres desconcertados mirándose unos a otros, miradas suspicaces, intrigas, miedo, solo uno mantenía cara de tranquilo, o intentaba disimular actuando como el resto de ellos.
Uno lo iba a entregar y de esa noche no pasaba. Ante la pregunta de Juan, Cristo dice la terrible frase del texto: Al que le dé el pan mojado, ese es el traidor que me va a vender para que me crucifiquen.
Y Jesús moja un pedazo de pan y se lo da a Judas. Aun en ese momento, nadie desconfió de Judas. Cristo estaba diciendo abiertamente quien era el traidor y ninguno de los once pensaron que era Judas. Desconfiaban de todos los demás, menos de él. Porque Judas era un gran actor. Había vivido mintiendo y le salía muy bien.
Hay que ser un profesional de la mentira para escaparse de ese momento. Y cuando se va después de haber comido el pan mojado, todos pensaban que como era el tesorero, había salido a dar limosnas a los pobres o a comprar algo para la pascua.
Nadie desconfiaba de Judas. Todos habían comprado la imagen que vendía. Todos excepto Jesucristo. El sabia que había dentro de su corazón. Y jamás se dejó engañar.
Hoy tampoco puedes engañar a Jesús. Puede ser que engañes a todos tus compañeros o a los hermanos de la congregación, puede ser que todos piensen que eres un gran cristiano porque solo ven tu careta. Pero a Jesús no lo puedes engañar. El sabe qué hay dentro de tu corazón. El sabe de las ganas que tienes de pecar y de hacer la tuya.
A El no lo puedes engañar. Por eso es una lástima que sigas viviendo en el engaño. Esa doble vida solo te perjudica a tí. Cristo sabe muy bien como estás viviendo. Ya es tiempo que no tengas mas que una sola cara.
La actuación no es para los hijos de Dios.
Gracias a a hermana Silvia por el fondo
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