Mi fin de semana ideal.
Un fin de semana ideal… ¡Cuantos pensamientos infinitos pasan por mi entendimiento!
Esto, sin duda me causa gran ilusión, un ser humano desde su pequeña existencia
obtiene una característica nata: soñar, que jamás le será arrebatada, y lo más importante
es que este sueño es único, irremplazable, y sin un término establecido.
Posiblemente no tenga únicamente un fin de semana ideal, sino incontables. Muchas
veces he deseado viajar a rincones insólitos, paradisíacos, ¿Quién no ha soñado
descubrir una catarata no localizada en ningún mapa, sino en nuestra imaginación?, o
emigrar hacia un sitio donde aunque sea por un solo fin de semana poder desaparecer y
olvidarse de todo aquello que hace que en nuestra vida predominen las angustias o las
cosas superficiales. No puedo negar en que repetidas circunstancias me he encontrado
en estas situaciones y a veces, por descuido, olvido el valor de un tiempo a solas con
migo misma.
Creo que mi objetivo principal para hacer de un fin de semana perfecto sería justamente
esto, disfrutar de lo que soy, auto examinarme, felicitarme!, y fortalecer mis
debilidades. Me gustaría viajar, pero no necesariamente fuera del país, si no a un lugar
seguro, cómodo, completamente autentico, que estuviera cuidadosamente apartado para
mi, lleno de vida, natural, donde nada este determinado de forma especifica sino donde
pudiera improvisar, que hable por si mismo, que me muestre tantas cosas que en mi vida
no he aprendido por medio de léxicos o libros regordetes, no debería ser un lugar
cerrado, sino abierto, tanto a la exploración como a la interminable creatividad.
Siendo un lugar especial, debe estar acompañado de persona especiales, personas que te
han llevado dentro de su corazón sin aún conocerte, que te han visto desde un aparato
lleno de circuitos y con una pantalla donde se supone que te encuentras, esas personas
que han soportado tus llantos y que te han visto crecer, madurar, cometer errores y hasta
irónicamente te llegan a conocer más que a ti mismo: Mi familia. Sin ella, yo aunque
tuviera los más prestigiosos lujos y la más grande riqueza de todo el mundo, sería
realmente pobre.
Estar con ellos, reír, disfrutar bellos momentos, pasear, observar, descubrir; esto es lo
que realmente le da valor a mi fin de semana ideal. Si todos los seres humanos
tuviéramos esta conciencia y buscáramos no en un lugar físico o en algo material
nuestro el éxito de un par de días y muchos más, nuestra riqueza sería verdaderamente
incontable.
El lugar perfecto posiblemente no exista, nosotros somos los que hacemos que ese lugar
y ese fin de semana sea único y que quede grabado no solo en nuestra mente sino en
nuestro corazón.
Al concluir, debo recalcar que esto ha generado conciencia en mi, y que nadie debería
dejar se soñar y desear, somos humanos! pero hasta un mismo anciano con toda su
sabiduría y su experiencia lleva un niño dentro, lleno de ilusión y con la convicción de
que sus sueños aunque sea el ultimo día de su vida, los verá hechos realidad.