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El Greco. Pentecostés. 1596-1600 Museo del Prado, Madrid Web Gallery of Art
El Espíritu Santo se apareció bajo la forma de paloma y de fuego; porque a todos los que llena, los hace sencillos y los anima a obrar; los hace sencillos con la pureza, y los anima con la emulación; pues a Dios no puede serle grata la sencillez sin celo, ni el celo sin sencillez
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VEN, ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, y envía del Cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones.
Consolador magnífico, dulce huésped del alma, su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima! llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles, que en Ti confían tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna. | |
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VEN, ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, y envía del Cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones.
Consolador magnífico, dulce huésped del alma, su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima! llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles, que en Ti confían tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna. |
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VEN, ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, y envía del Cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones.
Consolador magnífico, dulce huésped del alma, su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima! llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido.
Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles, que en Ti confían tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna.
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