Más que un anillo de Compromiso
Un muchacho entró con paso firme en la joyeería y pidió
que le mostraran el mejor anillo de compromiso que
tuvieran. El joyero hizo que le mostró una hermosa piedra
solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo, preguntó el precio y se
dispuso a pagarlo
¿Se va a casar pronto? Preguntó el joyero.
¡No!, respondió el muchacho. Ni siquier tengo novia.
Es para mi madre, dijo el muchacho. cuado yo iba anacer
estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de
naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se nego y me
regalo la vida que hoy puedo disfrutar. Fue padre y madre.
Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. ahora
que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella
nuca tuvo uno. Yo se doy como promesa se que si ella
hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella.
El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente ordenó a
su cajera que hiciera al muchacho el descuento
especial que sólo se hace a los cliente importantes.
Reflexión:
Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero por dentro
estamos vacíos.
Hablamos mucho, amamos poco, y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos
problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistadp el espacio exterior, pero no el
interior.
No tenemos tiempo apenas para Dios.
tenemos más ingresos, pero menos moral y felicidad.
Sólo pensamos en ganar más dinero, pero no en
tener comunión nuestro Creador.
Tenemos más libertad, pero menos alegría.
Son tiempos de casas bonita, pero más hogares rotos.
Padre, por favor dame fuerzas para entrar en tu presencia
y derramar mi alma a tus pies, ayudame a olvidarme
de la cosas naturales, que me llevarán a la perdición.
¡Ayúdame Señor!