El séquito triunfal de la victoria de Cristo
" Por lo cual dice: Subiendo a lo alto llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo" Efesios 4:8-10.
Sin el salmo 68, dudo de que nos daríamos cuenta, al leer Efesios 4, que cuando Cristo ascendió a los cielos, llevó consigo a un séquito de cautivos. Cristo entró a los cielos cómo un vencedor llevando consigo dicho séquito, y lo presentó a Su Padre, quién a Su vez los regresó a Él como dones. Entonces Cristo dio todos estos cautivos como dones a los hombres.
Por medio de este recorrido universal, Cristo no solamente logró reunir a muchos pecadores, sino que también derrotó a quien los había capturado, a Satanás. En otro tiempo, todos éramos cautivos, es decir habíamos sido capturados por Satanás, el pecado, y la muerte. Cristo, por un lado, al viajar del cielo a la tierra, de la tierra al Hades, del Hades de regreso a la tierra y de allí otra vez al cielo, nos obtuvo a todos nosotros y, por otro lado venció a Satanás, quién nos había usurpado y nos retenía bajo su poder mortal. Ya libertados del dominio de Satanás, del pecado, y de la muerte, somos cautivos voluntariamente de Cristo.
Todos los ángeles saben que cuando Cristo ascendió al tercer cielo, Él llevó allá un séquito de cautivoa y que éstos fueron presentados al Padre. ¡Esta procesión debe haber sido una gran celebración de la victoria de Cristo! Aunque este glorioso evento estuvo oculto a los ojos de los hombres, los ángeles si lo presenciaron. Ellos sabían que un evento sumamente importante es estaba llevando a cabo en la historia del universo. Esto no es producto de nuestra imaginación; es un hecho maravilloso.
Pastor Jaime Batista Cortes
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