Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
(1 Pedro 5:7)
¿Has estado ansioso por algo en los últimos días?
La ansiedad nos atormenta y es absolutamente inútil. En el mundo natural, hay causas más que suficientes de preocupación, pero las buenas noticias son que, como creyentes, no tenemos de vivir en el mundo natural. Tenemos el privilegio de echar nuestras ansiedades sobre el Señor. Echarlas significa arrojarlas y deshacernos de ellas. Podemos arrojar nuestras preocupaciones sobre Dios, porque Él nos cuida. La semilla que sembramos es el cuidado de nosotros mismos, y el fruto que cosechamos es el cuidado de Dios por nosotros. El hecho de rechusar estar ansiosa demuestra que estamos confiando en el Señor. Podemos decir que estamos confiando en el Señor, pero las acciones hablan en muchos casos, más fuerte que las palabras. Nuestro Padre celestial ha prometido cuidarnos. Dios está por nosotros, con nosotros, debajo de nosotros, sosteniéndonos, alrededor de nosotros y vigilando sobre nosotros. En otras palabras, ¡Dios nos tiene cubiertos! Es nuestro escudo, nuestro amparo, nuestra torre alta, nuestra fortaleza, nuestro refugio, y nuestro fundamento firme. ¡Por nada os esteís ansiosas – eres demasiado inteligente para pasar tu vida ANSIOSA!
Haz esto:
Decide, achar todas tus ansiedades sobre el Señor, y empieza a observar cómo te cuida.