Pastor y gran amigo
"Al ver a la gente, sintió compasión de ellos porque estaban angustiados y desvalidos, como ovejas que no tienen pastor." Mateo 9:26"
La multitud impresiona. Ver muchas personas juntas genera cierto temor. Pasa cuando se ve un partido de fútbol. Tanta gente en la tribuna, saltando y alentando a su equipo infunde temor. Cuando la televisión muestra una manifestación que reclama por sus derechos también infunden temor.
Uno intenta alejarse de esas multitudes molestas para evitar problemas. Ve demasiadas caras enojadas y es preferible tomar otro camino. Es más seguro y más tranquilo. Pero Jesús no es así.
El vio a la multitud y sus ojos vieron lo que nadie puede ver. En lugar de detenerse a mirar la ropa que llevaban, o sus rostros amigables o enojados, Jesucristo veía el interior de sus corazones. Podía comprender sus sentimientos porque los conocía bien.
Y veía lo que realmente es necesario conocer de cada persona. Cristo veía que en esa multitud había hombres y mujeres angustiados y desvalidos. Personas comunes con fracasos y aciertos. Con días buenos y días malos. Como nosotros. Personas comunes que necesitaban algo.
Seguramente, muchos de ellos tenían problemas, tal vez estaban con hambre, tal vez buscando trabajo, tal vez solos, tal vez con problemas en su matrimonio, tal vez con amigos que les habían fallado, tal vez deprimidos, pero había algo que era un común denominador para todos. Algo que los unificaba.
Todos ellos necesitaban un pastor. Estaban con muchos problemas, pero su mayor dificultad era que estaban solos. Y Jesús lo sabía. Por eso sentía compasión de ellos, por eso no los desamparaba, por eso les dedicaba tiempo, por eso los cuidaba.
Me impacta ver la calidad del amor de Jesucristo. En lugar de mirar para otro lado, porque estaba muy ocupado, en lugar de dejar para después a la multitud, y enfocar su atención en otras cosas, Cristo se detuvo y le dedicó tiempo. Sabía que estaban angustiados y con problemas y les dedicó su tiempo.
Hoy también Cristo tiene tiempo para nosotros. El sabe cuáles son nuestras dificultades y angustias, y aunque tiene otros asuntos pendientes, El tiene tiempo para dedicarnos. El es nuestro Pastor amante. El es quien nos cuida, nos protege y nos guarda. Su compasión es tan grande que tiene la capacidad para darnos prioridad a nuestras necesidades.
No hay multitud que pueda esconderte de la mirada de Cristo. El puede verte en cualquier lugar que estés. El sabe qué estás necesitando y tiene compasión de ti. El te ama y es tu Pastor. El te puede ayudar.
Estás tranquilo, te cuida tu Pastor.
Un gran abrazo y bendicione para ti |
Gracias a la hemana marjorie por el fondo
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