Vengo a entregarte una caricia traída del mar.
En ella está tatuada la alborada roja de aquellos días en que mis ojos te buscaban en lontananza, para sosegar mis latidos. Te traigo las manos mojadas de sal y tibieza, de suspiros y esperanzas, que los ecos de tus palabras grabaron en mis latires de ayeres cercanos, y la brisa del oeste perfumó para ti…
Sólo verbos tengo para ti, pero ellos van impregnados de cariño sincero y deseos de entrega.
Una dulce balada donde se refugian mis más profundos sentires… los que nacieron de la fantasía
y moran en lo etéreo, y los sueños de vivir un instante de amor compartido que me prometiste,
pleno de magia en los confines del infinito espacio…
Estas líneas salen de lo más profundo de mi alma y van hacia ti en vuelo de mariposas azules para dejarte un halo de ternura en tus manos, que inquietas irán a danzar en mi piel de sirena, depositaria de este amor mío que se hizo primavera por ti…
Si encuentras a una ninfa recostada en la roca cantando bajito… es mi alma que te llama para vivir ese romance que quedó suspendido en el éter, pero se hizo eterno en mis versos…
en la eterna comunión de un beso, con la suavidad de lo eterno y la intensidad de las olas.
Un beso en tu alma amado Sinzonte.
Ninfa
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