Suenan acariciantes en mi oído las bellas melodías que impregnan tus letras pequeñitas portadoras de amores infinitos y sueños misteriosos.
Ya estoy añorándote, vida mía, aún sintiéndote a mi lado, rozándome la piel con tu mirada envolvente; es el sitio hermoso que elegí para mi solaz.
No existe la distancia cuando hay amor, ni se apaga el fuego que alimenta la pasión, sólo hay callares que se instalan en las grietas del alma y causan ansiedad.
Mis palabras hoy se despojan de sus vestiduras para decirte con dulce son, el mejor poema de amor que nació bajo tus sábanas y se hizo nido en mis sentires.
Estas líneas conjugan los latidos que me pueblan dentro en mi piel de noviembre y te cuentan en íntimo y encendido verso…
¡cuánto te quiero vida mía!
Ninfa