Mi cielo se abre a coincidencia del tuyo, desabrochando el tumulto bajo la piel, gritos de sed trepando por los muros exprimiendo el zumo del íntimo placer.
Mi cosmos circula por las venas de tu verso desnudando a tiempo la dulce caricia, humedeciendo la prisa prendida en el beso, cuando fluye en cuepo su savia sumisa.
Mi mar barea por la sangre de tu ansia, baile de magias abriendose en flor, virando el timón donde el alma habla retorciendose la espalda gimiendo en sudor.
Mi viento sacude la firmeza de tus ojos, fuego en pozos de lenguas empedernidas, jugando atrevidas con los puntos del gozo, saciando a sorbos el deseo de tu saliva.