Alabado sea Jesucristo…
Tu misión en la vida es la mejor de todas; porque haces las veces de Cristo. Ser otro Cristo en la tierra, realizar las mismas tareas que Él, vivir una vida lo más parecida a la suya, salvar almas, glorificar a Dios. La misión no la buscaste tú, te la dieron graciosamente por amor. Tómala con respeto y lánzate a vivirla en plenitud.
¡Envidiar otras tareas, otras misiones! Miope debes estar para embrujarse con el trabajo del joyero y del empresario; la joya preciosa la tienes tú, y la empresa mejor es la tuya; el afán de desear las peras del huerto vecino, aunque las del tuyo sean mejores, es una tentación muy humana. Aprende a valorar y amar lo que verdaderamente importa; deja encandilarse a los otros por las cosas que pasan y nada dejan, aférrate a lo eterno, a lo que llevarás contigo, cuando cruces la frontera.
Cristo vivió los 33 años de vida humana más ricos y maravillosos que jamás se hayan vivido, y los llenó de amor, de obediencia, de las grandes virtudes; los vació de todo lo que constituye gran ganancia para los hombres. Hay muchas vidas que se parecen a la suya: son las vidas de los mejores.
P. Mariano de Blas LC