EL OTRO COMO ESPEJO
Resulta que estamos en el camino hacia adentro, donde la atención, la observación, la constancia y disciplina son fundamentales en el instante de conocernos.
La distracción va disminuyendo, cada vez estamos menos alejados de nosotros, sabemos, queremos y podemos darnos cuenta de las cosas que nos suceden y para qué nos suceden.
En los momentos que con mayor facilidad nos distraemos es con los allegados en todas las áreas y mucho más distraídos con aquéllos que decimos amar.
Es que el Otro, en este proceso de saber sobre uno mismo, de re- conocerse, puede ser acertadamente tenido en cuenta como un valioso Maestro que está inconcientemente enseñándonos y mostrándonos muchísimas facetas nuestras.
Cada reacción que tenemos en toda relación es un indicativo de cómo somos y cómo estamos.
Las emociones que afloran en todo momento son sólo estimuladas por los demás y nos muestran cuán automáticamente nos afectan, si estamos distraídos o atentos, son espejos de nuestro estado interno.
Dicen los maestros que la Paz es la reina de los estados, el perder la Paz por algo “externo” no hace responsable al Otro ya que sólo es una manera para revelar que nuestra Paz no es Real y nos señala hacia dónde podemos orientar nuestra atención.
Ejemplo: estamos en paz e ingresamos al banco y descubrimos una fila impresionante, o vamos en el coche y alguien se nos cruza y se nos echa encima en alguna maniobra agresiva, o alguien no nos guarda un secreto. El cómo reaccionamos será una muestra de cuán genuina es la observación, adaptación y aplicación emotiva de nuestra paz en esas situaciones.
En casos muy cercanos como parejas y familiares o amigos muy amigos, somos más vulnerables a perder el foco en el interior y nos permitimos aceptar con facilidad que ese Otro, no es yo, aunque lo etiquete yo, lo juzgue yo y lo condicione yo.
Tarea: empecemos a considerar que el otro es el reflejo de la ignorancia y la cualidad (cualquiera sea) de la que puedes aprender y crecer.
Considera minuciosamente, cada intercambio con el otro, como una multiplicidad de reflejos que te describen. Es decir, observa qué hay de ti en cada juicio valorativo que haces sobre otro (es una: envidiosa/o, fea/o, interesado/a, ordinaria/o, presumida/o, hermosa/o, sencilla/o, etc.) Sobre tu profesión y los demás (comunicación, secretariado, recicladora, ecologista, ama de casa, bancaria, etc.).
Suma en toda situación integrando al otro. Nada es casual.
Todo lo que no compadecemos en los demás es lo que más trabajo nos da aceptar en nosotros.
A propósito una vez leí una historia en la que un individuo había recurrido con urgencia a un Maestro, diciéndole que le habían dicho algo que lo agredía y ofendía mucho, entonces le preguntó qué comportamiento era indicado seguir.
El Maestro le dijo que siempre meditara 24hs acerca de una ofensa ya que sólo dos cosas eran posibles.
La primera, que fuera acertado lo que le habían dicho y en ese caso debía regresar con el agresor y agradecerle aquellas palabras.
La segunda, que de no haber algo cierto de eso en él entonces, no tenía de que ocuparse.
Siempre juntos.Siempre positivos.
Marcelo dos Santos
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