Cuerpo de la Guardia Civil
José Salguero Duarte Viernes 24 septiembre 2010
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En España, es bien sabido, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, está configurada por el Cuerpo Nacional de Policía, que es un instituto armado de naturaleza civil, dependiente del Ministro del Interior. Y por la Guardia Civil, que es un instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministro del Interior o del de Defensa, según las misiones que desempeñe en tiempos de paz o de guerra.
La diferencia entre ambos Cuerpos es evidente, hasta el punto de que el pasado sábado, miles de guardias civiles se manifestaron en Madrid, reivindicando ser equiparados en igualdad de condiciones en todos los sentidos, con los otros cuerpos de seguridad del Estado.
Actitud que apoyo, porque es inadmisible que los guardias civiles, sigan siendo discriminados. No permitiéndosele ciertos derechos constitucionales. Con el agravante además de que económicamente, a pesar de las extraordinarias misiones que realizan, están mucho peor remunerados que los policías locales y autonómicos...
Pero, a pesar de esas causas adversas y de las muchas penurias, en las que se encuentran sometidos los agentes de la Guardia Civil. Ejercen siempre sus funciones con absoluto respeto a la Constitución y al ordenamiento jurídico. Actuando en todo momento con dignidad e integridad.
Siendo para mí, el Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, un gran ejemplo a seguir, por su abnegación y sacrificio demostrado a lo largo de tantos años. Deseándole suerte porque se avecinan tiempos difíciles. Pero, esta insigne Institución saldrá airosa en el cumplimiento del deber, porque en la letra de su himno varias de las estrofas dicen: “Instituto, gloria a ti, por tu honor quiero vivir. Vive honrada la Guardia Civil”.
Sin embargo, a pesar de esa honra y ese honor sirviendo tan dignamente la Guardia Civil a España. Es posible que determinada clase política, desde el inicio de este periodo constitucional y hasta la fecha, no se lo agradezca, pague y reconozca en su justa medida. Y ante tal injusticia no acorde a los tiempos actuales. Es urgente la total concesión de los derechos que les son denegados sistemáticamente.
Siendo una muestra de ello lo siguiente, porque a raíz de las movilizaciones y reivindicaciones del pasado sábado. El presidente del PP Mariano Rajoy, desde Barcelona donde se encontraba dando un mitin político, dijo entre otras cosas al respecto lo siguiente: "Yo quiero que la Guardia Civil siga siendo un cuerpo militar sin sindicación”.
Posteriormente prosiguió Rajoy diciendo: “Nosotros creemos en la España que diseña la Constitución de 1978, que fueron las reglas de juego, las normas de convivencia, algo que votó todo el mundo, que era lo que unía y sigue uniendo a todos los españoles. Nosotros vamos a defender la libertad. Y creemos que hoy en Cataluña y en toda España también sobran reglamentaciones, sobran decretos, sobran trabas y sobran invasiones de las administraciones y de los poderes públicos en la vida de los ciudadanos”.
Don Mariano, con el debido respeto le digo, que si usted cree que sobran invasiones, de los poderes públicos en la vida de los ciudadanos. Muchos habitantes españoles y no españoles también, al afectarnos posiblemente bastante más que a usted.
Por tal motivo, no creo lo más mínimo en los políticos y en los sindicalistas que van al sol que más calienta. Porque, la Constitución española de 1978, en su artículo primero dice: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores fundamentales de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia y la igualdad”.
Derechos, que deben imperar sin discriminación alguna por razón de raza, política, religión, profesión o condición. Por consiguiente, si ustedes actúan así, agarrándose a un clavo ardiendo. Es porque nuestra Constitución es ambigua, inconcreta y contradictoria, desde su nacimiento y hasta nuestros días en determinados artículos.
Entre ellos, el XXVIII que trata sobre la libre sindicación y el derecho a la huelga, al decir su apartado primero: “Todos tienen derecho a sindicarse libremente”. Y, en el apartado segundo: “Se reconoce el derecho de a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses”.
No siendo por tanto, don Mariano, la Constitución que según sus credos, “sigue uniendo a todos los españoles”. Siendo necesario sea reformada al estar desfasada y caducada en algunos aspectos.
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