10ª Parte:
He sido, en tus sueños, la dulce sonrisa, que moró oculta, en el Templo de tus tinieblas; he sido, la voz juncal, que refrescó el árbol de tu silencio. y ahora me dejarás en la línea paralela, donde convergen las brisas cuando, en el Alba, suenen las campanas y de mi lado te vayas , sin prisa Allí me quedaré... Envuelta en los vientos, de la vereda del camino, cual girasol de ensueño, temblando de pudor que ya, sin sol, ni dueño, se ha quedado presa, en el beso de tu amor. Y, difuminando va, tu paso por la Ribera, antes de que pierdas el tren de mi vida, sabiendo dar color a tu sombra, y tendiendo una alfombra, a tu paso, mientras piensa, ¡ Ay para mi, ya es tarde...! y en pensándolo se arrojó a la profunda sima en la que arde el fuego eterno del Ocaso.
Continuará...
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