Siempre, amada esposa Pilar, te regalé lindas flores en tus cumpleaños, después al irte al Cielo, te las ponía en tu Tumba, pero ahora que no puedo hacer ninguna de las dos cosas, porque soy muy mayor y estoy lejos de donde tu Descansas, te las envío al Cielo, porque tú estas allí, donde yo espero llegar un día no muy lejano, y entonces te daré un fuerte abrazo y ya no habrá lejanías entre los dos y disfrutaremos lo que aquí abajo, no pudimos, al no envejecer juntos que era nuestro deseo, ya que el destino no nos dejó, pero luego allí juntos, nuestra dicha será para toda la eternidad. Tu esposo que nunca te olvida. Casimiro.
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