Alabado sea
Jesucristo…
Pocas veces somos ofendidos; muchas veces nos sentimos
ofendidos. Perdonar es abandonar o eliminar un sentimiento adverso contra el
hermano.
¿Quién sufre: el que odia o el que es odiado? El que es
odiado vive feliz, generalmente en su mundo. El que cultiva el rencor se parece
a aquél que agarra una brasa ardiente o al que atiza una llama; pareciera que
la llama quema al enemigo, pero no, se quema uno mismo.
El resentimiento sólo destruye al resentido… es ciego y
suicida; prefiere la satisfacción de la venganza al alivio del perdón, pero es
locura odiar: es como almacenar veneno en las entrañas. El rencoroso vive en
una eterna agonía.
No hay en el mundo fruta más sabrosa que la sensación de
descanso y alivio que se siente al perdonar, así como no hay fatiga más
desagradable que la que produce el rencor.
Vale la pena perdonar, aunque sea sólo por interés,
porque no hay terapia más liberadora que el perdón. P. Ignacio Larrañaga
¡Buenos días!
¿A cuál hijo quieres más?
Hay personas
pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican
alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. Yo
conozco personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Yo conozco todas
esas personas… y su secreto es amar. Amigo/a, pasa por el mundo desparramando
gotitas de amor.
Preguntó Dios a una madre: —¿A cuál de tus
hijos quieres más? Y ella respondió: —Señor, al ausente, hasta que vuelva; al
enfermo, hasta que sane; al triste, hasta que de nuevo esté alegre; al preso,
hasta que recobre la libertad; al que sufre, hasta que se sienta consolado; al
malo, hasta que otra vez sea bueno; al que le falta todo, hasta que no le falte
nada; al descarriado, hasta que retorne al buen camino; al que está solo, hasta
que no padezca de su soledad. Conmovido, dijo entonces Dios: —No sé por qué
dudan algunos de que hay un Dios en el cielo, si hay tantas madres como tú en
la tierra.
El amor auténtico
se manifiesta en servir, ayudar, proteger. “Obras son amores, y no buenas
razones”, dice el refrán español. Bajar a lo concreto, aterrizar en la realidad
de la vida, es el signo del amor maduro. Evidentemente esto requiere
sacrificio, entrega y olvido de sí mismo.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día
más para adorarte y servirte. Hagamos como decía San
Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo
quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1,). La mies es mucha y pocos son los obreros para
recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que estan cansados y
agobiados, que yo los consolaré Mt 11.28. Es la Palabra de Dios.
Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se
propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a
todos los creyentes y no creyentes, que pidan al
Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni
hambre en el Mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante
blanco y reine la Paz, así como el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López.