Alabado sea
Jesucristo…
Corpus Christi (en latín, "Cuerpo de Cristo") o
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es una fiesta de la Iglesia
católica destinada a celebrar y recordar la institución de la Eucaristía que se
llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan
y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Su principal finalidad es proclamar y
aumentar nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo
Sacramento.
La celebración se lleva a cabo el jueves posterior a la
solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo
siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después
del Domingo de Resurrección).
En algunos países esta fiesta ha sido trasladada al
domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral y permitir la
participación activa de los fieles en la tradicional procesión.
¡Buenos días!
Si abruman los problemas
Todos necesitamos
ordenar nuestras “urgencias”. Poner un poco de orden en nuestra vida.
Preguntarnos qué lugar ocupa la oración en nuestro día, en nuestra semana… En
concreto, ¿cuánto tiempo nuestra mente y corazón están ocupados con Jesús?
Recuérdalo: la vida tiene ciento de urgencias, pero hay “una sola cosa
necesaria”, Dios.
¿Sabes que la Madre Teresa de Calcuta, algún
que otro año de su vida durmió más en la butaca del avión que en su cama? A tal
extremo llegó la actividad de esta mujer excepcional. Pero siempre declaró que
toda su fuerza procedía de la oración, del contacto con Jesús eucaristía. En un
momento en que las dificultades, contratiempos y problemas llegaron a abrumarla
¿qué hizo? Decidió agregar una hora más de adoración al Santísimo Sacramento, y
a partir de allí todo se superó con creces.
“¡Cuán
consoladores y suaves son los minutos pasados con Jesús Eucarístico! ¿Te domina
la tristeza? Ven a sentarte a sus pies, y quedarás pacificado. ¿Eres
despreciado por el mundo? Ven aquí, y encontrarás un amigo que jamás te
fallará. ¿Te sientes tentado? Aquí hallarás armas terribles para vencer a tu
enemigo”. Decía el Santo Cura de Ars.
Padre Natalio