Hay momentos en que el alma se desparrama,
se diluye sin atropello ante la visión de tu pelo,
brillando bajo el intenso sol,
resaltando inherente tu tez calida.
Bendita visión que ante mi se exhibe,
buscando la mirada impaciente,
serena, calida y complaciente
de tus ojos, mujer peruana.
Ilusión divina que a mi ser fascina,
callada, tímida, sonriente,
solo miras, observas y sonríes lentamente
bajo la mirada paciente, que desde mis ojos te llama.
De pronto tus labios se entreabren
y destilas palabras en silencio,
sonoro ser que haces que te adivine,
que sin palabras yo te escuche.
La voz tenue y dulce de deseos que se callan,
que se rompen como olas buscando la playa,
y yo desde mi rincón te observo, te miro, te oigo
y en nuestro silencio supongo la petición de una caricia.
De un dulce beso, adorable delicia
que desde el corazón y en silencio
resuenan con sentido, queriendo ser mi destino
de tu boca… !para darte un beso!
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