No es tan difícil llevarse bien con los demás. Hay que tener en cuenta tan solo tres palabras: “Permiso, gracias, perdón”
El Papa Francisco dijo
hace un tiempo que son tres palabras clave para una buena vida familiar.
¡Qué bueno aplicarlas a cada una de nuestras relaciones!
“Permiso” si alguien
impide nuestro paso, quizá sin advertirlo. “Gracias” a quien nos hace un
favor o es cordial con nosotros. “Perdón” cada vez que nos equivocamos…
Tan sencillo, y a veces tan complejo de concretar.
¿Qué tal si empezamos hoy?
¡Buenos días!
El perro y las pulgas
Hay un defecto
corriente: la falta de comprensión y respeto por los que son distintos
de nosotros. Esto se llama discriminación. Respetar y comprender son
actitudes que están en la base de la convivencia humana. Jesús nos
advirtió: “No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”. Sin
comprensión y respeto se viene abajo el amor a los hermanos.
Un perro grande y
peleador, había conseguido infundir a sus contrarios tal temor, que
apenas lo veían, se deshacían en humildes saludos. Lo aborrecían, pero
no se atrevían a decirlo; y esto lo hizo al perro más orgulloso. Pero
una pulga no le tuvo miedo y se instaló entre su pelo con su prole y sus
parientes pobres. Convidó a sus amigas y empezaron fiestas y bailes,
sin importarles los mordiscos del perro. Llegó el animal a tal
desesperación que todos, menos ellas, le tenían lástima; y comprendió
entonces que más vale tener unos cuantos enemigos fuertes que muchos
pequeños, inasibles y tenaces (G. Daireaux)
En tu vida de relación
con los demás, cuídate de subestimar a los pequeños y a los débiles. La
sabiduría del Creador ha dispuesto tan armónicamente sus obras que todo
tiene su razón de ser: lo débil y lo fuerte, lo grande y lo pequeño.
Considera pues con atención y verás cómo cada uno aporta sus dones para
el bien de la convivencia humana.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte
y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a
tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte.
(Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El
Señor dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo
los consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea
Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el
vehemente deseo de que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes , que pidan al
Señor Jesuscristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el
mundo, ni atentados terroristas, ni políticos de guante blanco y reine
la Paz, así cómo el amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea.
Detente, el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López