Te veo en mis sueños, a mi lado en la cama. Sonríes tiernamente, en brazos de Morfeo, con tus preciosos ojos cerrados, y tu mano descansa sobre mi pecho como si quisieras saber en todo momento que estoy contigo.
Te veo en mis sueños siendo la niña más feliz del mundo, acostada junto a mí tras hacer el amor, tan emocionada tras haber vivido ese momento que tanto anhelabas cuando estuviésemos juntos, que me dijiste "estaré siempre conmigo".
Te veo en mis sueños: el solo verte hace que mi corazón salte como un caballo desbocado, que mi alma se sienta plena por primera vez en mi vida. Con infinito amor beso tu frente despejada y acaricio tu sedoso pelo susurrando "te amo".
Te veo en mis sueños, como despiertas lentamente, como tus ojos profundos y misteriosos se abren poco a poco, cruzándose con los míos, y siento como desnudas mi alma capa a capa hasta que solo queda todo el amor de mi corazón.
Te veo en mis sueños esbozar la sonrisa más radiante y maravillosa del mundo al mirarme, tras haber oído mis palabras. Acercándote a mí, y besándome como sólo tú sabes hacerlo, me susurras "yo también te amo" con dulzura.
Te veo en mis sueños ponerte sobre mi pecho, los dos desnudos, piel contra piel, hombre y mujer, entregándonos como solos dos enamorados pueden hacerlo, fundidos en un beso tan profundo que nos perdemos en un mar de caricias.
Te veo en mis sueños prendada de cada uno de mis gestos, de mis movimientos, y tus manos traviesas me acarician por todo mi cuerpo, mientras con la vista me recorres de lado a lado, maravillándote de saber que soy todo tuyo.
Te veo en mis sueños como te deslizas con picardía entre las sábanas, ocultándote de mi vista, percibiendo como tu mano se apodera de mi miembro que tan dichosa te hizo antes y como lo engulles con tu boca.
Te veo en mis sueños con tu boquita llena, succionándome lentamente, arrancando de mi boca los gemidos que tanto te gusta escuchar, mientras tu lengua juguetona disfruta saboreando mi glande, ya de color rojo rubí.
Te veo en mis sueños tras descorrer las sábanas, con tu cabeza subiendo y bajando engulliendo mi pene, poniéndolo de nuevo duro. El verte me hace desvariar con llevarte de nuevo a ese cielo del que nunca queremos bajar.
Te veo en mis sueños, con tus ojos brillantes cruzándose con los míos, deseándome, necesitándome. Mi sonrisa te emociona tanto que te llevó de nuevo hasta mí para volver a sentir la pasión de tus labios.
Te veo en mis sueños echándote a mi lado, pidiéndome que me deleite con tu cuerpo, y sin prisa recorro con mis labios todo tu cuerpo de diosa griega, besando tu piel suave, deteniéndome en tus cumbres gemelas.
Te veo en mis sueños, veo como tus mejillas se van enrojeciendo por el cariño que mi lengua da a tus sonrosados pezones, mientras mi paladar redescubre el sabor tan rico que tienen y mis labios notan los duros que se te ponen.
Te veo en mis sueños coger mis manos y llevarlas a tus pechos de ensueño, dejando así que mi lengua, sin despegarse de tu cuerpo, baje por tu vientre dibujando círculos en tu ombligo y llegue a tu precioso monte de Venus.
Te veo en mis sueños gemir de gozo en cuanto mis labios besan tu fino y oculto clítoris, que voy haciendo aparecer lenta pero insistentemente. Mi lengua traviesa baja un poco más hasta asombrarse de lo húmeda que ya estás.
Te veo en mis sueños mirándome tras alzar un poco la cabeza, con tus ojos perdidos por el placer, viendo como mi boca te acerca a ese universo de felicidad al que deseas llegar conmigo, cogidos de la mano.
Te veo en mis sueños recostarte de nuevo en el momento en que mi lengua, loca ya por el sabor de los jugos que manan de tu fuente, se adentra en ella para chapotear en su interior y para que mi boca beba de tu cuerpo.
Te veo en mis sueños disfrutando como nunca. Tu vientre se retuerce y tu cuerpo se contonea, derritiéndose como crema de vainilla para ser degustada por el paladar de mi boca, y tus manos en mi nuca me piden más y más.
Te veo en mis sueños cogida por sorpresa al ponerme encima de ti, llevando tus manos a mi pene para que notes lo duro que está. La sorpresa de tu cara se convierte en amor, y al oído me dices "Ven mi amor, entra en mí".
Te veo en mis sueños: tu boca se abre, tus ojos se cierran, tus manos se aferran a mis hombros y luego me rodean por la espalda, tu cuerpo arde y tiembla. Me abrazas con ansia al sentir como mi miembro te penetra.
Te veo en mis sueños mejor que nunca, íntimamente unidos, tan juntos que dejamos de ser dos personas para convertirnos en una sola: un solo cuerpo, una sola mente, una misma alma, un mismo corazón.
Te veo en mis sueños, radiante de emoción, suplicándome llegar al éxtasis al que mi incipiente bombeo empieza a llevarnos, en un viaje alucinante de nuestros sentidos, repleto de sensaciones desbordantes, de un júbilo indescriptible.
Te veo en mis sueños apoyar tu cabeza en el hueco de mi hombro, siento como una de tus manos se desliza a mis nalgas para decirme que siga. Yo te respondo con vigor renovado y un gruñido que viene a decir "jamás te dejaré".
Te veo en mis sueños en pleno goce jadeando una y otra vez, diciéndome cuanto me amas, lo mucho que me necesitas, lo feliz que eres de poder estar ahí para unirte conmigo, para vivir el mejor momento de nuestra vida.
Te veo en mis sueños temblando constantemente. Tu cuerpo se agita como flan de gelatina y siento como nuestras sensaciones nos inundan, nos destrozan, nos revientan, y finalmente nos hacen explotar en gritos de placer.
Te veo en mis sueños agotada, sudorosa, acogiéndome en tus brazos llorando de felicidad, enjuagando mis propias lágrimas, prodigándonos millones de besos tan cálidos y tiernos que ni siquiera podemos hablar.
Te veo en mis sueños desaparecer como un fantasma entre la niebla. La ilusión se desvanece como bruma marina en una noche estrellada, y con pesadez despierto para verte a mi lado en la cama, mirándome con picardía.
¿Te veo en mis sueños?. Ya no. Te veo despierto: admiro tu belleza bañada por el sol, abrazo tu cálido cuerpo, te dedico mi mejor sonrisa, beso tus frescos y tiernos labios, y acariciándote te digo "voy a hacer mis sueños realidad"…