No me pongas, linda, en apuros, y a incitarme más ya no te atrevas. Tu cuerpo me gusta casto y puro. Por favor delante mío, no te muevas.
Ya me va envenenando tu cianuro, y mi ebullición rápido elevas. Presiento que tu lo quieres duro, pero no deseo ir donde me llevas.
Mejor sigue por tu vida sin apuros, y con tus lágrimas ya no me conmuevas. No tengas más pensamientos impuros, mejor desea cosas buenas, no malevas.
A tocar tu piel, no me aventuro, ni a posar mis garras en tus brevas. ¿Te diste cuenta que soy tipo maduro, y que en mi cabello ya bastante nieva?
Aunque cariño te muestre, me procuro que el respeto entre nosotros se promueva. Tu en cambio, quieres llevarme allá lo oscuro y crees que debemos ser Adán y Eva.
No, cielo, esto no me lo carburo, mi sentimiento de amor no se renueva. Aunque sé, que tu lo quieres duro, más dura será tu vida, cuando yo acceda.
Por eso, sé decirte que ¡No! y te juro que te amo, con castidad y mente nueva. Pues pienso, más que en mí, en tu futuro, y deseo que mucha felicidad te llueva.