Alabado sea
Jesucristo…
La Iglesia celebra hoy la Fiesta de la Virgen de la
Merced, la misma que en el año 1218 se dio a conocer a San Pedro Nolasco exhortándolo
a fundar una Orden religiosa con el fin principal de redimir a aquellos
cristianos cautivos, siendo que en esos momentos la península Ibérica estaba
dominada por los musulmanes y los mares asolados por los corsarios sarracenos.
Así fue como el santo impulsó la creación de la Orden de la Merced (Obras de
Misericordia) que se concretó en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey
Jaime I.
Los mercedarios se extendieron por el Nuevo Mundo
apoyando las corrientes colonizadoras que ingresaron por Centroamérica en la
isla La Española (hoy República Dominicana) y luego bajaron a toda Sudamérica
hasta llegar a Argentina donde la devoción a Nuestra Señora de la Merced es de
las más antiguas e incluso el general Manuel Belgrano, luego de triunfar en la
batalla de Tucumán, la proclamó Generala del Ejército Argentino.
En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta
de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de
septiembre.
En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las
Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación. El
significado del título "Merced" es ante todo
"misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser
sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de
asemejarnos a Jesús misericordioso.
¡Buenos días!
Rescate heroico
La oración
humilde y confiada es el poder que Dios pone en tus manos para que, como un
niño sencillo, le pidas lo que necesites. Pero no debes suplicarle con
desesperanza, ni con una oración agitada, como si quisieras exigirle el
cumplimiento de tus deseos. A Dios hay que dejarle ser Dios y actuar con plena
libertad. Él te ama, y sabe lo que más te conviene.
En la guerra de Corea, un soldado quedó
gravemente herido a diez metros de una cueva donde se ocultaban sus compañeros.
El fuego era tan intenso que resultaba arriesgado recoger al herido:
significaba muerte segura. Desde la cueva escuchaban los gritos de socorro del
caído. Un soldado que había mirado con frecuencia su reloj, salió de repente,
arrastrándose hasta el compañero. Lo agarró y con suma lentitud lo arrastró
hasta la cueva, mientras el ataque era intenso a su alrededor. Y, ¡cosa
extraña!, ambos llegaron sin ser tocados por bala alguna. Al preguntar al héroe
por qué esperó tanto para rescatar al herido, respondió: "Sabía que mi
madre a esa hora todos los días estaría orando por mí”.
“Descarguen en el
Señor sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. En la Biblia,
encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer la
confianza en Dios. Él te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras
vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo
te amo”, te asegura Dios.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para
adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí
sólo busco, a tí sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es
conocerte y amarte. (Sol 1,1). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. El Señor dijo: Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que yo los consolaré (Mt 11.28). Es la
palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo. Amén. Yo dibulgo cada día
Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que se propague la
Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos los creyentes y
no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en oración, que no
haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados terroristas,
ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el amor, en
todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón
de Jesús, está conmigo. Casimiro López